Hola amores!!! Dejo un pedido de una amiga Siwonest que tengo~ ♥ n_n espero que les guste! ♥
Capitulos: 2
Grupo: Super Junior
Pareja: Siwon x Maida (Fan)
Título: "Tú, mi dulce sonrisa"
Narra Siwon:
-No aguanto
más!- me quejé adolorido –Puro trabajo, trabajo y trabajo! Y yo? Que hay de
mi?-
Tomé las llaves de mi auto y una vez más dije al micrófono
de mi celular.
-Avísale a todos que me voy al hospital- y corté la llamada
al oír los gritos del manager al otro lado. Algunas veces me sacaban de quicio
los mandatos de la empresa… Trabajo, solo trabajo y ya hacia una semana y media que tenía que calmar los dolores de mi
cuerpo con un simple Spray anestésico.
Pero esta vez no, no me iba a quedar así nada más.
Arranqué el auto rumbo al hospital enojado… furioso y
adolorido.
Luego de unos minutos estaba ya en la recepción del hospital
preguntando hacia donde me tenía que dirigir. La amable joven recepcionista me
indico subir al segundo piso, que al cabo de unos minutos sería atendido.
Llevaba mis gafas negras, levanté la solapa de mi saco
tratando de pasar desapercibido, pero, no me importaba nada. Si me reconocían,
no me importaba nada.
Entré en el ascensor que me llevaría al segundo piso y las
tres personas que se encontraban allí no pudieron reconocerme. “Por suerte”
pensé.
En cuanto el elevador abrió sus puertas salí allí, caminé un
par de pasos por el pasillo. Los carteles en las puertas me indicaban que sala
era. Me paré frente a una puerta blanca, cuyo cartel decía ‘Medicina General’.
No había nadie sentado allí, los pacientes iban y venían al igual que las
enfermeras. Al cabo de unos 20 minutos por la puerta apareció un señor de
túnica blanca, de baja estatura y de cabeza rapada.
-Para Medicina General?- preguntó.
Me levanté de mi asiento y me acerqué al hombre.
-No hay nadie más?- preguntó.
Negué con la cabeza y entré detrás de él a la consulta, me
invitó a sentarme frente a él en un pequeño escritorio de la sala, había una
camilla y un monton de aparatejos en estantes.
-Dime, que es lo que te ocurre?- me preguntó colocándose las
gafas.
Luego de haber explicado todos mis dolores me envió a
hacerme un examen en radiología. Caminé por el pasillo, con un papel en la mano
que dejé en una ventanilla a una de las enfermeras.
-En un minuto lo llamaremos- dijo la mujer- Sr... Choi-
Caminé a la sala de espera, me llevé la grata sorpresa de
que… aquel sitio estaba lleno de, niños con su madres. Me senté en único lugar
libre en el centro de aquellos niños. Tomé mi celular buscando no se que hasta
que, sentí algo tirar de mi saco.
-Hola!- dijo un niño de ojos pequeños y rasgados, de
cachetes sonrosados y gordetes.
-Hola- respondí.
-Estoy aburrido… juegas conmigo?- dijo sonriente.
Inmediatamente su madre lo llamó por su nombre y lo hizo
sentar a su lado, quieto. Suspiré
aliviado, realmente me gustaban los niños pero en aquellos momentos no tenía
ganas de soportar a ninguno. Una niña sonriente, de coletas se acercó a mi
entre saltos.
-Hola!- dijo, pude notar que le faltaban un par de dientes,
al parecer estaba cambiándolos.
-Ho…- no pude terminar de hablar ya que su mano cinchó de mi
saco fuertemente.
-Estoy aburrida, tienes un caramelo?- rió.
Su madre la llamó y la chica se fué con un puchero. Debo
decir la infinidad de niños que estaban allí? Todos parecían mirarme extrañados
y curiosos, todos estaban aburridos. Sus madres también me observaban hablando
entre ellas, la que no miraba de su celular leía una revista, sino otra llamaba
a su niño eufórica. Quería irme ya de allí, me sacaba de las casillas tanto
griterío, me levanté apunto de pegar un grito de furia e ira entremezclado con
el dolor de mi rodilla. Estaba al borde de estallar. La puerta de la consulta se abrió, una joven
llamó:
-Sr. Choi adelante- dijo y desapareció tras la puerta.
Me calmé y entré a la Sala. Estudié el lugar con detalle,
una maquina gigante ocupaba casi todo el espacio, había aparatos de todo tipo,
me giré a ver a quien me había llamado, de seguro un señor de ceño fruncido y
gafas gruesas.
En el fondo de la sala un escritorio, la silueta de una
persona a penas se divisaba en la oscuridad, las luces de la sala estaban
apagadas, solo se iluminaba la gran máquina.
-Oh! Disculpa!- dijo una voz delicada y las luces se
encendieron -Olvidé encender la luz, estoy tan acostumbrada al lugar que me lo
conozco de memoria- sonrió.
Pestañé un par de veces… aquellos ojos marrones y una amplia sonrisa me deslumbraron. Su rostro
no era coreano, era una joven extranjera.
-Disculpe la demora pero hay muchos pacientes hoy para
atender- sonrió nuevamente.
-No… no se preocupe- dije lento estudiando sus rasgos. Un
suave cabello negro y lacio enmarcaba su rostro. Veía como leía aquella
carpeta, allí estaban mis datos, anotaba en aquel papel todo lo que me
preguntaba y respondía, hasta el dolor se me había olvidado.
Era la primera persona que no había hecho un gesto de ‘Te conozco’, me pareció extraño, “De seguro
no hace mucho desde que está en este país” pensé. Mis pensamientos habían sido
cortados cuando la joven me indicó que me recostara en una gran camilla en las
que se encontraba una de las grandes máquinas.
Pude notar sus tibias manos levantando mi pantalón hasta la
rodilla. Hice un pequeño gesto de dolor, la chica se dio cuenta.
-Hace cuanto que sufres de este dolor?- preguntó.
-Hace una semana y media- dije entrecortado por las punzadas
en mi rodilla.
-Y por que no fuiste a un hospital antes?- preguntó con el
ceño fruncido mirándome ahora a los ojos.
-La empresa nos ha tenido trabajando por 2 años
consecutivos, con descansos de 1 o 3 días, no más. Nos atiende un médico a
menudo pero solo me decía que me pusiera el Spray anestésico- dije.
-Entiendo…- suspiró- Debe de ser duro-
Si, lo era, se lo podía asegurar.
-Si- respondí. Su mano volvió a posarse en mi pierna
buscando algún dolor más.
-Bien, quedate quieto que sacaré las placas, solo respira
tranquilo- sonrió y se dirigió a lo que parecía el panel de control de la
máquina.
Tras unos instantes así, la máquina hizo su trabajo. En
cuanto acabó me dijo:
-Ven, te mostraré- y colocó las placas en una pantalla
luminosa. Volvió a apagar las luces.
Me acerqué junto a ella y pude leer su nombre en la placa
doraba que llevaba en su bata. ‘Maida’… No quería que notara que me había
fijado en su nombre, me hice el distraído y continué mirando atentamente las
placas tras de aquel visor luminosos.
Realmente no escuché una palabra de lo que ella me hablaba,
solo veía mover sus labios… y pestañar.
La puerta de la Sala se abrió de golpe, una enfermera entro
a la consulta.
-Doctora!...- la mujer se quedó quieta- Disculpe pensé que
estaba sola-
La joven se giró a mirar a la joven enfermera.
-Primero se golpea- dijo con voz enérgica y seria.
Mis ojos se abrieron… “Carácter…” fue mi único pensamiento.
Su suave y dulce voz de doctora se había transformado en una
autoridad, algo que me había gustado… una chica que se hace respetar.
-Lo siento- dijo la enfermera y volvió a cerrar la puerta.
-Disculpe señor Choi- dijo la joven con su suave voz de
nuevo.
Volvió nuevamente a explicarme las placas, y nuevamente no
prestaba atención a lo que me decía, pero… si estaba seguro de algo, tenía que
verla nuevamente.
-En otras palabras señor- dijo volviendo a captar mi
atención- Debe de tener unas cuantas horas de reposo y seguir un tratamiento-
“Tratamiento? No se si será doloroso pero… volveré al
hospital” fue lo primero que pensé.
Extendí mi mano para
despedirme de la joven doctora y fue cuando nos miramos a los ojos, una sonrisa
se dibujó en su rostro nuevamente. Que bonita que se veía.
Iba saliendo de la sala, mi rodilla me jugó una mala pasada,
mi elegancia se rompió cuando casi caí junto a la entrada, ella me sostuvo para
que no cayera.
-Disculpe pero… no creo que se pueda ir en estas
condiciones- me dijo muy cerca de mi
rostro. Sus mejillas se sonrojaron
levente al notar la cercanía.
-A que se refiere con que no dejarme ir?- pregunté.
-Si continúa caminando o tan siquiera moviendo pude de que
su condición se agrave, no quiero que empeore, por eso…- hizo una pausa
ayudándome a sentarme en una butaca cercana- Debe de quedarse en las
instalaciones del hospital bajo observación-
Mis ojos quedaron en blanco, procesé la información:
-Pero… y mi trabajo?, ni siquiera traje ropa- dije
preocupado.
-Por ahora lo llevarán a una habitación en observaciones y
desde allí podrá comunicarse con alguien cercano para que le alcance sus
pertenencias- aclaró la chica
Sin dejarme decir más la doctora abrió la puerta y llamó a
la enfermera:
-Enfermera por favor, lleve al señor Choi al quinto piso y
espéreme allí- le dijo a la otra joven-Yo me ocuparé del papeleo.
La enfermera le respondió cortés:
-Si doctora, enseguida-
Así me vi, en el ascensor hacia el quinto piso, junto a la
enfermera bajita, en una silla de ruedas sin entrar todavía en razón… pero si
de algo estaba seguro, me dolía mucho la rodilla y al mismo tiempo pensaba: “Un
par de días en el hospital…”
Tomé mi teléfono y avisé al manager de lo sucedido, para
cuando terminó la llamada, ya estaba en el quinto piso, recostado sobre una
cama mirando hacia la ventana que daba a la gran ciudad.
-Aish! ahora tengo que soportar esto...- dije cruzado de brazos.
La puerta de la habitacion se abrió, entrando así rápidamente la doctora.
-Veo que ya está comodamente instalado- sonrió una vez más la chica.
No me había percatado pero la chica traía una pequeña bandeja en sus manos.
-Dese vuelta por favor- dijo la joven.
-Perdon pero...- dije cuando de repente sentí algo frío en mi cadera.
-Esto lo va a ayudar a calmar un poco el dolor, ademas le va a ayudar a descansar, en estos momentos lo necesita-
Sin poder decir nada mis ojos se cerraron lentamente, en mi mente quedó el bello rostro de la doctora y su nombre que sonaba en mi mente.
Cuando desperte ya habían pasado unas horas y ya casi no sentía dolor, en la habitación se encontraba una enfermera dispuesta a revisar mi rodilla y justo cuando lo iba a hacer la puerta de la habitación se volvió a abrir entrando rápidamente esta vez mi manager con un bolso, al parecer eran mis pertenencias.
Luego de conversar un buen rato con él y contarle todo lo sucedido en el hospital, el hombre se retiró dejándome solo en la habitación.
Había caído la tarde y las primeras luces de la ciudad se habían encendido, busqué el control remoto del televisor que estaba frente a mi y me dispuse a ver algun tipo de programa que me entretuviera.
Luego de un buen rato apareció mi doctora pero esta vez con le cabello algo recogido, se veía más bonita todavía.
-Hola, veo que estas un poco mejor, te traje algo- sonrió.
Apareció con un carrito, con dos bandejas, al parecer era la cena.
"Uy... no me gusta la comida de hospital" pensé.
-Vamos, no sea quisquilloso, ya noté su cara de disgusto- rió la joven.
Quedé asombrado , mis ojos quedaron más grandes aún, cuando ví como acercaba una silla y tomaba una de las bandejas ella tambien.
-Si no le moleta, me quedo un momento con usted, no he comido nada en todo el día, y me quedan aún unas cuantas horas de guardia- dijo.
La idea me había gustado, mi rostro cambió, pero la comida no me gustaba...
-Me voy a presentar formalmente- dijo la joven -Soy Maida, soy de Radiología infantil-
-¿Como?- pregunté asombrado.
-Si, de Radiología Infantil, hoy tuve que quedarme y atenderlo a usted porque mi compañera no vino, así que tomé su guardia- respondió.
-¿Puedo confesarle algo?- pregunté.
-Digame-
-No me gusta la comida de Hospital- dije apenado.
-Si, de ello me di cuenta- rió- Pero, eso tiene solución-
Dejó la bandeja sobre la silla y salió por la puerta... Demoró unos 10 minutos, al volver, presento frente a mi un menú de diferentes aderezos y... 2 paquetes de cinta rosa.
-Usted no esta enfermo del estómago, así que puede comer normalmente- rió.
-Y esto?- pregunté mirandola y señalando el pequeño paquete de la cinta.
-Es el postre, siempre se debe comer algo dulce en el día- sonrió y se acomodó nuevamente en la silla.
Me acomodé en mi lugar y cuando iba a acercar mi bandeja para cenar una vez más me quedé mirando a la joven que estaba a mi lado.
-Tu no eres de aquí, verdad?- pregunté rompiendo el silencio.
-No, soy de Sudamerica- contestó.
-Y por lo que veo no hace mucho que estas aquí- dije sonriendo levemente.
-Hace unos cuantos meses que llegué- respondió.
Y así comenzó una linda charla con la doctora... cuando terminamos de cenar, la doctora miro su reloj, tenía que volver a su guardia, tomó las bandejas y salió. Volvió rapidamente y puso entre mis manos el pequeño paquete de la cinta.
-Hasta mañana- me sonrió.
-Hasta mañana doctora- dije antes de que se fuera por la puerta.
Fin Cap. 1♥
Bueno, eso fué todo por hoy, comencé con los pedidos! Les aviso! XD
LOS AMO♥
Gif Time♥
♥
P.D:
Angel... Se que la situacion por la que pasas es muy dificil, cuentas con todo nuestro apoyo y más. Te quiero mucho Pato ~ y espero que esta sonrisa algun día vuelva ♥
♥
Awwwwww Muchas gracias!! acá estoy llorando como una marrana! realmente muy hermoso omma!! ya me voy a leer la siguiente parte! :)
ResponderEliminargdhjgsaf me alegro que te haya gustado, en cuanto esté la siguiente parte te lo mando ♥ Saludote >w<
ResponderEliminar