Género: Romantico, Yaoi
Capitulo: 1
Grupo: BTS
Pareja: J-Hope x Jimin
Título: "Nunca es demasiado"
Narra Jimin:
Mi cuerpo se convirtió en algo tan ligero como un bambú en
el medio de una ventisca, me sentía bien se esa forma, de hecho, me sentía
libre.
El baile era mi forma de expresarme, la única forma en la
que me podía mostrar tal y como era. Me miré
una vez más en el espejo y sonreí con soltura, algunos movimientos sexys
al día no hacían daño a nadie.
El pelo sudoroso ya me caía sobre la frente, pegándose a mi
piel, llevaba alrededor de dos horas y media de exhaustivo ensayo. Las
presentaciones me agotaban cada día más, por ello, necesitaba más resistencia.
Me dolían las piernas y los brazos.
La sala de ensayos yacía en una tenue iluminación, solo la
luz que entraba por la puerta de vidrio, iluminaba los pisos de madera
lustrada.
Cuando la canción terminó, me senté en el suelo, secándome
la frente (en vano) con mi mano. Me sentía sucio, creo que había llegado a mi
límite, o, al menos, a mi limite de tolerancia a mi propio sudor.
Me levanté una vez más, calculando las veces que había
descansado, eran pocas…
Tomé mi toalla y algo de ropa cómoda antes de dirigirme a la
ducha.
Abrí la puerta de madera frente a mi y el vapor del agua no
parecía querer ceder, aunque, pronto, no quise ver nada con referente a las
duchas.
El sonido del agua caer se cernió sobre mi, como un sonido
sordo… Lo único a lo que pude prestar
atención fue a él. El agua resbalaba por su piel, echó el cuello hacia atrás y
de inmediato me encontré sin aire en mis pulmones. El pelo castaño claro le
caía como una delicada cascada, ya tenía el pelo un poco largo.
Mi mirada se dirigió sin poder evitarlo, a su rostro…
Joder.
Era perfecto.
Aún con los ojos cerrados, el agua mojó su rostro, y seguí
su recorrido. Tenía el rostro perfecto, los pómulos tan delicados como su poco
re-pingada nariz. Tenía las pestañas mojadas y increíblemente negras.
Bajando hasta sus labios, el lunar sobre ellos parecía
despertar al deseo dentro de mi, un deseo que jamás se había fijado en mi mejor
amigo.
Ahora entendía los desesperados gritos de las fans, el
bullicio ensordecedor en cada espectáculo.
Era increíble…
Noté mi corazón dar un salvaje brinco cuando el muy maldito
se pasó la lengua por el labio inferior y, ese fue mi llamado de “Largate de
aquí, Park Jimin”
Pero mis piernas temblaron, no cedieron, no se movieron. Solo
me sostuve en el marco de la puerta mirando el cuerpo desnudo de Ho Seok, de
piel blanca como la nieve, de espalda firme y caderas estrechas, de pequeña
cintura. ¿Era posible que alguien tuviera un cuerpo tan tentador? Un par de
firmes montículos de carne se mostraron ante mi. Tenía un lindo trasero, un muy
lindo trasero para decir verdad.
¿Desde cuando?
¿Desde cuando me ponía de esta forma por Ho Seok?
¿Porqué no podía moverme?
Fue entonces cuando el sonido de una notificación llegó a mi
celular. No tuve más que esperar su
reacción.
Sus ojos se abrieron antes de que pudiera irme de allí, me
miró a los ojos y en arqueó ambas cejas, asombrado de mi presencia allí.
-Jimin… Me asustaste- Dijo antes de apretar los labios y
cerrar el grifo, envolviendo sus caderas en una blanca toalla.
-Lo siento, Hyung- comenté y tomé valor de adentrarme en las
duchas.
Pasé a su lado sin mirarlo. O, al menos, intentándolo. Me
puse a sus espaldas y dejé mi ropa en mi casillero, dejando solamente mi toalla
blanca. Abrí el grifo de la ducha, comenzando a desvestirme.
Me quité la sudada camiseta roja, y hice sonar mi cuello,
realmente necesitaba un descanso, aunque, el estar acompañado de Ho Seok, no me
ayudaba, sobre todo luego de verlo ducharse.
Joder… No podía sacarme esa imagen de mi cabeza.
Una corriente eléctrica bajó por mi columna, centrándose en algún
rincón de mi cuerpo.
-¿Continuaste ensayando hasta ahora?- preguntó el chico,
rompiendo el incómodo silencio que se cernía sobre nosotros.
-Si- contesté, intentando concentrarme, tratando de
centrarme.
Suspiré y me quité los pantalones deportivos, dejándolos
caer lejos, me puse bajo el agua de la ducha, tranquilizándome.
Sentí mi cuerpo tensarse al notar una mirada sobre mi…
Miré sobre mi hombro a mi mejor amigo y lo ví tragar saliva.
¿Qué hacer?
¿Qué se supone que debía hacer si me miraba de esa forma?
Aún era solamente un trozo de tela de poco más de un metro
de largo lo que le cubría el cuerpo.
Agachó la mirada, siguiendo el recorrido del agua por mi
cuerpo.
Me sentía completamente expuesto, me sentía… bien.
Es decir, no era como alguna de las chicas con la que había
estado. Ho Seok me miraba con otros ojos y, no me molestaba. Tal vez… algo muy
dentro de mi, despertó, y despertó con
su mirada.
-Eres un maldito enano depravado- comentó, dibujando una
sonrisa en su rostro mientras que sus mejillas se teñían de rojo intenso.
-Bien que te quedas colgado mirando a este depravado- respondí antes de girarme mínimamente y sonreírle
con descaro.
El arqueó una ceja y se vistió rápidamente, saliendo de las
duchas poco después.
Noté todos mis nervios salir de inmediato.
¿Qué había hecho?
¿Acababa de insinuarse? ¿Acababa de insinuarme?
¡En que carajos pensaba!
“¡Es mi mejor amigo, no soy gay!” pensé, lavándome el pelo
con rapidez. De repente, mis nervios incrementaron mucho más que antes.
Aunque estaba más que seguro de que, no me gustaban los
hombres, en mis recuerdos busqué a alguna mujer que me hubiese puesto tan
nervioso antes. ¿Había alguien así?
Pronto, como un torrente que no tenía intenciones de
detenerse, la imagen de J-Hope bajo el agua de la ducha, me estaba torturando, dejándome
atónito una vez más.
“Puede que si me haya gustado… solo un poco” me dije a mi
mismo, antes de continuar con mi ducha.
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-Al fin apareces- dijo Nam Joon hyung, comiendo un sándwich de
queso y mayonesa.
-Me quedé hasta tarde ensayando, lo siento Hyung- me
disculpé y el sonrió.
-Al menos llegas para la cena, Jin ya empezaba a ponerse
histérico- susurro lo último con una gran sonrisa.
-No soy sordo Nam Joon- comentó Jin golpeando su hombro
mínimamente. –Ayúdame a poner la mesa,
Jimin-
Suspiré y preparé la mesa junto a Jin Hyung, y tan pronto
como terminamos de cenar, me dirigí a mi habitación, con la única esperanza de
que, mi compañero de habitación, no estuviera.
Subí las escaleras con rapidez, haciendo caso omiso a los
rezongos de Jin por limpiar los trastos sucios. En cuanto entré a mi cuarto, me
quité los pantalones, me cepillé los dientes y me hundí bajo las sábanas de mi
cama. Aunque intenté dormirme, no pude más que dar vueltas en la cama como un
tonto…
Cuando la puerta se abrió, me quedé quieto enseguida.
-Enano idiota, por tu culpa tuve que limpiar los trastos yo.
¿Me estas escuchando?- dijo, antes de entrar al cuarto, cerrando la puerta.
Vacilé entre contestarle o no, sin embargo, hablo pronto.
-Ni siquiera tiene el respeto de escucharme cuando le hablo,
enano pervertido- se quejó, dirigiéndose a algún lugar, podía oír sus pasos
histéricos en la habitación.
Oí un par de golpes, lo que supuse que eran sus tenis contra
el suelo, la puerta del baño se abrió y con ella, el grifo del agua, el cepillo
en sus dientes…
Mientras tanto, yo sentía cosquilleos en mi estómago, ¿Qué debía
hacer?
Definitivamente no podía dejar pasar por alto lo que había pasado en las duchas… Al
menos, yo no. ¿Qué había de él? ¿Había significado algo para Ho Seok?
Fué entonces cuando noté su presencia a mi lado en la cama,
apoyó apenas una rodilla sobre el colchón. Yo no pude hacer más que aguantar la
respiración aún por debajo de las sábanas.
La tela blanca parecía ser mi único escudo, mi único
resguardo a él. Ambas piernas suyas pasaron a los lados de mi cadera, apoyándose,
sentándose sobre mis caderas.
-Jimin…- susurró, pero fingí no oírlo, tenía la esperanza de
que aún pensara que estaba dormido.
Mientras una de mis manos era lo único que salía de los
márgenes de mi escudo-sábana, su mano tomó la mía, entrelazándola.
-Realmente… espero que estes dormido enano, realmente…- dijo
antes de inclinarse sobre mi.
Aún, bajo la tela blanca, pude ver su rostro acercarse
demasiado al mio, notaba su respiración y, su colonia…
Dios… me encantaba.
El tenerlo tan cerca… el sentirlo sobre mi… el sentirlo, me
enloquecía.
Aún por encima de las sábanas, su boca se guió a la mía.
Odie el sentir las hebras de la tela. Amé sentir el calor de
sus labios y su presión sobre los mios.
Fue así como me descubrió. Mi mano apretó la suya y fue
cuando se alejó de mi.
Me senté en la cama, bajando las sábanas, mirándolo a los
ojos.
-¿E-e-estabas…- tartamudeó.
No le dí tiempo a reacción, salí por completo de debajo de
las sábanas, acercándome a él, arrinconándolo entre la pared y mi cuerpo.
-Ho Seok Hyung, ¿Qué estabas haciendo?- pregunté arqueando
una ceja. Mi amigo me miró un poco incómodo, sin saber como iba a reaccionar.
-No quise…- susurró, percatándose al fin de nuestra
cercanía. Sus manos se dirigieron a mi pecho, mi mano se dirigió a su rostro.
-¿Consideras eso un beso? ¿De verdad, hyung?- pregunté,
cortando aún más la distancia entre nuestros rostros.
-Jimin- murmuró sin poder dejar de mirar mis labios.
¿Por qué su boca se veía tan… dulce?
Y no esperé a comprobarlo, me abalancé a su boca, sus labios
se rozaron con los míos, demasiado lento, demasiado delicado. Nunca es demasiado
y, podría decir que a partir de ahora, no existirán demasiados besos o
demasiadas caricias…
Sus labios apretaron los míos, con suavidad, correspondiendo
al fin.
Lo próximo que supe era que estaba sobre él, devorando sus
labios con pasión y ternura.
-Jimin…- susurró sobre mi boca y me obligué a mirarlo a los
ojos, esos ojos marrones y demasiado brillantes -¿Es demasiado tarde para decir que te quiero?-
Sonreí sin poder evitarlo.
-Jamás es demasiado tarde para decirlo, yo también me
quiero- bromee y el rió conmigo.
Me recosté a su lado, sin dejar de mirarlo a los ojos.
Verlo sonrojado me hizo estremecer.
¿Desde cuando?
Ya no importaba, ahora, lo único que me importaba era el
hecho de que jamás lo dejaría ir.
Fin ♥
Espero que les haya gustado!! ♥
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Mila ^^~
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