jajsdjhajshdkahsd Espero que les guste! <3
Género: Hetero
Capitulo: 1/2
Grupo: BTS
Pareja: Jimin x Fan
Título: "Siempre a tu lado"
Narras Tu:
Blanco.
Las luces me cegaban
de sobre manera, y, el blanco techo tampoco ayudaba. Respiré hondo y
noté el aire volverse caliente contra la piel de mi rostro y
barbilla. Miré hacia abajo y el plástico se empañó. Moví con
pereza mi mano hacia la mascarilla de oxígeno y la retiré,
respirando el aire de la cerrada habitación. ¿Donde estaba?
Miré mis manos y
las agujas apenas se incrustaban en mis venas.
Los múltiples Beep
de la maquina a mi derecha me indicaban cuan viva estaba.
¿Cuanto había
estado durmiendo?
El aire puro en la
habitación se mezclaba con el aroma a lejía y el alcohol.
Estiré mi mano una
vez más y apreté el botón rojo en la cabecera de la cama.
Miré hacia la
ventana de la habitación y suspiré. Busqué en mis memorias y me
encontré con un montón de sentimientos superpuestos, unos sobre
otros. La tristeza y la soledad parecían inundarme una vez más. La
carta y cada una de sus palabras...
Los ojos se me
llenaron de lágrimas y el dolor se enterró en lo profundo de mis
entrañas una vez más. Un profundo dolor de estómago me recordó
muy bien lo que había hecho aquella noche.
La puerta de la
habitación se abrió de par en par y la vestimenta color blanco me
dejó tan deslumbrada como lo había hecho la habitación...
-Señorita, ¿Hace
mucho que despertó?- preguntó y no pude ver su rostro hasta que
estuvo a un metro de distancia a mi camilla...
De ojos castaños y
sumamente rasgados, nariz pequeña y delicada, mejillas regordetas,
labios mullidos y cabello oscuro.
Parecía haber
escapado de una producción de fotos, de una telenovela, de una
revista e incluso, de un escenario. Sin embargo, allí estaba,
vestido de blanco. Los pantalones negros a penas aparecían bajo la
bata, por que claro, le quedaba un poco grande. Apenas aparecían sus
manos bajo las mangas
-Solo hace unos
minutos...- respondí y aquel par de perlas chocolate, miraron las
mías antes de sonreir.
Podría jurar que el
mundo se detuvo cuando sus labios se curvaron.
-Soy Park Jimin, su
doctor. ¿Recuerda por qué esta aquí?- preguntó, tendiendome la
mano.
Tenía las manos
pequeñas y regordetas...
¿De verdad era
doctor o simplemente era un niño jugando a ser doctor?
-Si... Lo-lo
recuerdo...- respondí y apreté su mano con cordialidad.
-¿Cómo se siente
con respecto a ese episodio?- preguntó, esta vez, dejando su mirada
en la mia. No había pena o dolor, no había lástima en sus ojos,
algo que me tranquilizó.
-¿Cómo quiere que
me sienta doctor?- pregunté esta vez, intentando serenarme de alguna
manera.
El joven doctor
suspiró, dejando de escribir en la planilla de mi expediente, miró
la pequeña bolsa de suero que se conectaba a mi brazo y luego volvió
a mirarme.
-¿Quiere hablarme
con respecto a eso que la atormenta?-
Su voz era
conciliadora, de esas voces que podían llevarte de un extremo a
otro, del llanto a la risa... Parecía ser un buen chico, con un gran
corazón, su mirada me lo decía... más, sin embargo, yo no era
capaz de confiar en nada y en nadie.
Ante mi silencio, él
se sonrió y dejó la planilla a los pies de la cama.
-Tomaré eso como un
no, Señorita _______________, volveré a la noche para ver como se
encuentra, mientras tanto, a cualquier inconveniente, las enfermeras
se encargarán de usted. Tenga un lindo día...- dijo antes de
encaminarse a la salida.
-¿Cómo lo debo
llamar?- pregunté...
El se giró desde la
puerta con una cálida sonrisa en los labios.
-Dime Jimin, ten un
lindo día _______________- aclaró y se fué.
¿Por qué mi nombre
sonaba tan bien si él lo pronunciaba? ¿Por qué el corazón se me
había acelerado desde que él había entrado a la habitación?
Suspiré y cerré
los ojos, rememorando lo que había ocurrido aquella noche.
-FLASHBACK-
-Y te pido perdón
por cada lágrima que provoqué, pero, la amo demasiado como para
dejarla ir. Viajaré a París esta misma noche, ya está decidido...
Eres una de las
cosas más hermosas que pude tener en esta vida, pero te dejo libre y
lamento tanto no haber sido lo que te prometí. Lamento haber echado
toda promesa que hubo entre nosotros a la basura...
Con cariño,
Patrick-
El
papel resbaló entre mis manos mientras, sostenía con demasiada
fuerza, el otro papel, lleno de brillantes y lleno de corazones.
Estas
cordialmente invitadx a la union de Patrick Harrison y Emily Thompson
celebrada el día 16 de Febrero en la Catedral Albi, a las orillas de
Tarn...
Los ojos se me nublaron con tanta intensidad, que no fuí capaz de
leer más allá...
Me había dejado plantada en nuestra cita de aniversario, por otra...
¿Había dolor más grande?
Había tirado años de amor de mi parte, me había entregado a él en
cuerpo y alma, ¿y ahora? Ya no me quedaba nada más que dar.
Lo había dejado todo por él y ahora... no tenía nada.
Lloré y grité a todo pulmón, sintiendo como me escocía la
garganta y como el pecho empezaba a dolerme en demasía.
Me arrastré hacia las alacenas bajas y tiré cada botella de licor
al suelo, encontrando así mi favorita, Vodka. Miré la botella con
dulzura, antes de destapar y beber de ella. Notaba el alcohol
quemarme la garganta, pero no era el dolor suficiente, no, no lo
era.
Me encaminé al baño, resbalando y trastabillando con los estúpidos
tacones que había comprado para aquella ocasión y me encerré en la
habitación de losa y cerámica.
Busqué en mi celular fotos de los dos, bebiendo sin parar de aquella
bebida, sumiéndome en una tristeza insuperable.
¿Qué había hecho para merecer tal puñal?
De seguro había sido mi culpa.
-Debí ser más complaciente, debí de ser menos orgullosa, debí...
No debí haberme negado a ninguna petición suya. Oh, Patrick- dije,
llorando a más no poder.
De repente, todo se volvió nervios y un manojo de emociones se
instaló en la parte céntrica de mi cabeza. Me dolía, no podía
pensar con claridad...
Me paré como pude, sosteniéndome en la pared, mirándome en el
espejo del lavabo.
¿Por qué no me había dejado antes? ¡Era un maldito desastre!
El maquillaje se había corrido mientras que mis cabellos se volvían
un caos...
-¿Quien querría estar con alguien como tú?- dije a mi reflejo, sin
caer en cuenta de mis acciones. Las uñas comenzaban a enterrarse en
mi piel y la sangre comenzaba a aglomerarse en hematomas en mis
brazos.
-No mereces vivir, no has nacido para amar... Tu familia te ha
dejado. No logras mantener a un hombre a tu lado. ¡Vergüenza!- me
grité a mi misma, comenzando a perder los estribos.
Y más pronto que tarde, la neblina entre mis pensamientos dejó de
ser tan densa, mostrando una unica solución...
Abrí la canilla de la bañera y dejé que el agua fría la inundara,
que el agua rebozara por los pisos...
Empuñé con fuerza la botella y rebusqué en la alacena detrás del
espejo, encontrando mis pastillas para dormir.
Y ahora... me apetecía hacerlo...
Abrí el pequeño frasco y lo llevé directamente a mis labios,
tragando su rechistar. En cuanto la ultima pastilla quedó trabada en
mi garganta, tomé el vodka de golpe, acomodándome en la bañera.
Los medicamentos y el alcohol bajaron como piedra en el agua,
ingresando con total pesadez a mi estómago.
Bastaron tan solo unos minutos de espera para que el dolor de
estómago me abrumara, dejándome inconsciente, dejándome caer por
instantes en los brazos de morfeo.
Poco más es lo que recuerdo a partir del momento en el que cerré
los ojos, los golpes en la puerta y algo o alguien tomándome en
brazos, dedos en mi garganta y el involuntario vómito.
-FIN DEL FLASHBACK-
-Señorita, ¿Se encuentra bien?- preguntó la enfermera a la tarde,
si, había pasado el día entero rememorando momentos junto a mi ex
pareja.
La joven enfermera revisó las máquinas y rellenó formularios.
Pasaron horas antes de que el simpático doctor de ojos café
volviera a aparecer en el umbral de la habitación.
-¿Como se encuentra?- preguntó, sonriendome con cierta dulzura.
Lo miré un instante antes de quitarme los auriculares y parar la
música en mi celular.
-Sin cambios, supongo- respondí, acariciando el pequeño orificio
donde antes estaba la aguja, tapandolo pronto con el leuco. Suspiré
y volví a mirar al doctor.
-¿Le molesta que le haga compañia?- preguntó, mirando la silla de
acompañiantes.
-No, no es problema. ¿No tiene trabajo?- pregunté, mi curiosidad
comenzaba a salir a la luz.
El joven doctor ocupó el bajo asiento al lado de mi camilla,
apoyando su barbilla sobre la orilla de la cama, sobre sus manos.
-¿No vendrá nadie a verla?- preguntó, mirándome a través de
aquel par de gafas de armazón negro.
Yo negué y el asintió lentamente, estudiándome, silenciosamente me
miraba.
-¿Es entretenido mirarme?- pregunté frunciendo un poco el ceño.
-La verdad es que si, aunque sería mejor si mostraras alguna que
otra sonrisa- se sonrió él, sus ojos se convirtieron de pronto en
un par de lineas brillosas.
Arquee una ceja y sonreí falsamente, el torció un poco la boca, no
muy convencido.
-¿Qué puedo hacer para que sonrías?- preguntó.
Busqué en mi cabeza alguna respuesta y lo miré a los ojos.
-Se me antoja una hamburguesa- respondí y el rió.
-Acabas de pasar por un Lavado gástrico, no puedes comer nada que no
sean abundantes frutas, gelatinas, pudines. No te daré una
hamburguesa- respondió por fin.
Hice un mohín y el volvió a reir.
-Eres adorable, debo decir...- regalándome una sonrisa, acomodó mi
cabello detrás de mi oreja.
Me ruboricé a más no poder y ví un ligero rubor inundar sus
mejillas.
-Esperame aqui, enseguida vuelvo- dijo, ocultando sus pequeñas manos
en los bolsillos de la bata.
-Ta-Tampoco es que me vaya a ir a algún lado...- respondí y tras
una ligera risilla, se fué.
En la soledad de aquella apartada habitación, me ruboricé. ¿Por
qué de repente un chico totalmente atractivo me prestaba atención
en la peor de las situaciones?
No quería su lástima, no quería que me mirara con lástima como lo
hacían las enfermeras de turno.
Suspiré una vez más y esperé a que volviera.
Su compañía era agradable, demasiado agradable.
Miré la mesa de luz a mi lado y sobre ella, el causante de mi
colapso. La invitación color blanco y de detalles plateados, hizo
que mi corazón volviera a dar un vuelco.
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras que un profundo dolor me
dejaba en silencio.
-¿No te has ido, verdad?- preguntó el doctor, sorprendiéndome. Me
sequé rápidamente las lágrimas y volví a mirarlo, él pareció
percatarse de mi tristeza -Lo lamento, no quise interrumpir...-
-No, no, no lo lamentes- contesté y su mirada volvió a conectarse
con la mía.
Jimin se acercó con sutileza a mi camilla, volviendo a sentarse a mi
lado, tendiendome un pequeño postre. Lo miré y él se sonrió.
-Prometo que la próxima vez cenaremos algo más que un postre en
bajas calorías-
-¿Cenar con una de tus pacientes te está permitido?- pregunté y
recibí una mirada suya.
-Eres una aguafiestas, ¿Lo sabes?-
-Lo tomaré como un cumplido- sonreí, probando el postre.
-¿Que te parece vernos este sábado?-
Su invitación me dejó un poco descolocada y estuve a punto de
negarme cuando, pronto, el chico aclaró.
-Es una salida como amigos, no quiero apresurar las cosas, no es mi
intención. ¿Que dices?-
Me miré las manos y asentí.
¿Una salida no le haría daño a nadie... verdad?
Fin Cap.1
akshdahdh <3
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Mila ^^~
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