Romantic Oneshot: Twoshot ~ "Siempre a tu lado" (Jimin x Fan) Parte 1
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sábado, 25 de junio de 2016

Twoshot ~ "Siempre a tu lado" (Jimin x Fan) Parte 1

Holaaaaaaaaaaaa!!~~~

jajsdjhajshdkahsd Espero que les guste! <3




Género: Hetero
Capitulo: 1/2
 Grupo:  BTS
Pareja:  Jimin x Fan
Título: "Siempre a tu lado"

Narras Tu:

           Blanco.
Las luces me cegaban de sobre manera, y, el blanco techo tampoco ayudaba. Respiré hondo y noté el aire volverse caliente contra la piel de mi rostro y barbilla. Miré hacia abajo y el plástico se empañó. Moví con pereza mi mano hacia la mascarilla de oxígeno y la retiré, respirando el aire de la cerrada habitación. ¿Donde estaba?
Miré mis manos y las agujas apenas se incrustaban en mis venas.
Los múltiples Beep de la maquina a mi derecha me indicaban cuan viva estaba.
¿Cuanto había estado durmiendo?
El aire puro en la habitación se mezclaba con el aroma a lejía y el alcohol.
Estiré mi mano una vez más y apreté el botón rojo en la cabecera de la cama.
Miré hacia la ventana de la habitación y suspiré. Busqué en mis memorias y me encontré con un montón de sentimientos superpuestos, unos sobre otros. La tristeza y la soledad parecían inundarme una vez más. La carta y cada una de sus palabras...
Los ojos se me llenaron de lágrimas y el dolor se enterró en lo profundo de mis entrañas una vez más. Un profundo dolor de estómago me recordó muy bien lo que había hecho aquella noche.
La puerta de la habitación se abrió de par en par y la vestimenta color blanco me dejó tan deslumbrada como lo había hecho la habitación...
-Señorita, ¿Hace mucho que despertó?- preguntó y no pude ver su rostro hasta que estuvo a un metro de distancia a mi camilla...
De ojos castaños y sumamente rasgados, nariz pequeña y delicada, mejillas regordetas, labios mullidos y cabello oscuro.
Parecía haber escapado de una producción de fotos, de una telenovela, de una revista e incluso, de un escenario. Sin embargo, allí estaba, vestido de blanco. Los pantalones negros a penas aparecían bajo la bata, por que claro, le quedaba un poco grande. Apenas aparecían sus manos bajo las mangas
-Solo hace unos minutos...- respondí y aquel par de perlas chocolate, miraron las mías antes de sonreir.
Podría jurar que el mundo se detuvo cuando sus labios se curvaron.
-Soy Park Jimin, su doctor. ¿Recuerda por qué esta aquí?- preguntó, tendiendome la mano.
Tenía las manos pequeñas y regordetas...
¿De verdad era doctor o simplemente era un niño jugando a ser doctor?
-Si... Lo-lo recuerdo...- respondí y apreté su mano con cordialidad.
-¿Cómo se siente con respecto a ese episodio?- preguntó, esta vez, dejando su mirada en la mia. No había pena o dolor, no había lástima en sus ojos, algo que me tranquilizó.
-¿Cómo quiere que me sienta doctor?- pregunté esta vez, intentando serenarme de alguna manera.
El joven doctor suspiró, dejando de escribir en la planilla de mi expediente, miró la pequeña bolsa de suero que se conectaba a mi brazo y luego volvió a mirarme.
-¿Quiere hablarme con respecto a eso que la atormenta?-
Su voz era conciliadora, de esas voces que podían llevarte de un extremo a otro, del llanto a la risa... Parecía ser un buen chico, con un gran corazón, su mirada me lo decía... más, sin embargo, yo no era capaz de confiar en nada y en nadie.
Ante mi silencio, él se sonrió y dejó la planilla a los pies de la cama.
-Tomaré eso como un no, Señorita _______________, volveré a la noche para ver como se encuentra, mientras tanto, a cualquier inconveniente, las enfermeras se encargarán de usted. Tenga un lindo día...- dijo antes de encaminarse a la salida.
-¿Cómo lo debo llamar?- pregunté...
El se giró desde la puerta con una cálida sonrisa en los labios.
-Dime Jimin, ten un lindo día _______________- aclaró y se fué.
¿Por qué mi nombre sonaba tan bien si él lo pronunciaba? ¿Por qué el corazón se me había acelerado desde que él había entrado a la habitación?
Suspiré y cerré los ojos, rememorando lo que había ocurrido aquella noche.


-FLASHBACK-

-Y te pido perdón por cada lágrima que provoqué, pero, la amo demasiado como para dejarla ir. Viajaré a París esta misma noche, ya está decidido...
Eres una de las cosas más hermosas que pude tener en esta vida, pero te dejo libre y lamento tanto no haber sido lo que te prometí. Lamento haber echado toda promesa que hubo entre nosotros a la basura...
Con cariño, Patrick-

El papel resbaló entre mis manos mientras, sostenía con demasiada fuerza, el otro papel, lleno de brillantes y lleno de corazones.

Estas cordialmente invitadx a la union de Patrick Harrison y Emily Thompson celebrada el día 16 de Febrero en la Catedral Albi, a las orillas de Tarn...

Los ojos se me nublaron con tanta intensidad, que no fuí capaz de leer más allá...
Me había dejado plantada en nuestra cita de aniversario, por otra... ¿Había dolor más grande?
Había tirado años de amor de mi parte, me había entregado a él en cuerpo y alma, ¿y ahora? Ya no me quedaba nada más que dar.
Lo había dejado todo por él y ahora... no tenía nada.
Lloré y grité a todo pulmón, sintiendo como me escocía la garganta y como el pecho empezaba a dolerme en demasía.
Me arrastré hacia las alacenas bajas y tiré cada botella de licor al suelo, encontrando así mi favorita, Vodka. Miré la botella con dulzura, antes de destapar y beber de ella. Notaba el alcohol quemarme la garganta, pero no era el dolor suficiente, no, no lo era.
Me encaminé al baño, resbalando y trastabillando con los estúpidos tacones que había comprado para aquella ocasión y me encerré en la habitación de losa y cerámica.
Busqué en mi celular fotos de los dos, bebiendo sin parar de aquella bebida, sumiéndome en una tristeza insuperable.
¿Qué había hecho para merecer tal puñal?
De seguro había sido mi culpa.
-Debí ser más complaciente, debí de ser menos orgullosa, debí... No debí haberme negado a ninguna petición suya. Oh, Patrick- dije, llorando a más no poder.
De repente, todo se volvió nervios y un manojo de emociones se instaló en la parte céntrica de mi cabeza. Me dolía, no podía pensar con claridad...
Me paré como pude, sosteniéndome en la pared, mirándome en el espejo del lavabo.
¿Por qué no me había dejado antes? ¡Era un maldito desastre!
El maquillaje se había corrido mientras que mis cabellos se volvían un caos...
-¿Quien querría estar con alguien como tú?- dije a mi reflejo, sin caer en cuenta de mis acciones. Las uñas comenzaban a enterrarse en mi piel y la sangre comenzaba a aglomerarse en hematomas en mis brazos.
-No mereces vivir, no has nacido para amar... Tu familia te ha dejado. No logras mantener a un hombre a tu lado. ¡Vergüenza!- me grité a mi misma, comenzando a perder los estribos.
Y más pronto que tarde, la neblina entre mis pensamientos dejó de ser tan densa, mostrando una unica solución...
Abrí la canilla de la bañera y dejé que el agua fría la inundara, que el agua rebozara por los pisos...
Empuñé con fuerza la botella y rebusqué en la alacena detrás del espejo, encontrando mis pastillas para dormir.
Y ahora... me apetecía hacerlo...
Abrí el pequeño frasco y lo llevé directamente a mis labios, tragando su rechistar. En cuanto la ultima pastilla quedó trabada en mi garganta, tomé el vodka de golpe, acomodándome en la bañera.
Los medicamentos y el alcohol bajaron como piedra en el agua, ingresando con total pesadez a mi estómago.
Bastaron tan solo unos minutos de espera para que el dolor de estómago me abrumara, dejándome inconsciente, dejándome caer por instantes en los brazos de morfeo.
Poco más es lo que recuerdo a partir del momento en el que cerré los ojos, los golpes en la puerta y algo o alguien tomándome en brazos, dedos en mi garganta y el involuntario vómito.

-FIN DEL FLASHBACK-

-Señorita, ¿Se encuentra bien?- preguntó la enfermera a la tarde, si, había pasado el día entero rememorando momentos junto a mi ex pareja.
La joven enfermera revisó las máquinas y rellenó formularios. Pasaron horas antes de que el simpático doctor de ojos café volviera a aparecer en el umbral de la habitación.
-¿Como se encuentra?- preguntó, sonriendome con cierta dulzura.
Lo miré un instante antes de quitarme los auriculares y parar la música en mi celular.
-Sin cambios, supongo- respondí, acariciando el pequeño orificio donde antes estaba la aguja, tapandolo pronto con el leuco. Suspiré y volví a mirar al doctor.
-¿Le molesta que le haga compañia?- preguntó, mirando la silla de acompañiantes.
-No, no es problema. ¿No tiene trabajo?- pregunté, mi curiosidad comenzaba a salir a la luz.
El joven doctor ocupó el bajo asiento al lado de mi camilla, apoyando su barbilla sobre la orilla de la cama, sobre sus manos.
-¿No vendrá nadie a verla?- preguntó, mirándome a través de aquel par de gafas de armazón negro.
Yo negué y el asintió lentamente, estudiándome, silenciosamente me miraba.
-¿Es entretenido mirarme?- pregunté frunciendo un poco el ceño.
-La verdad es que si, aunque sería mejor si mostraras alguna que otra sonrisa- se sonrió él, sus ojos se convirtieron de pronto en un par de lineas brillosas.
Arquee una ceja y sonreí falsamente, el torció un poco la boca, no muy convencido.
-¿Qué puedo hacer para que sonrías?- preguntó.
Busqué en mi cabeza alguna respuesta y lo miré a los ojos.
-Se me antoja una hamburguesa- respondí y el rió.
-Acabas de pasar por un Lavado gástrico, no puedes comer nada que no sean abundantes frutas, gelatinas, pudines. No te daré una hamburguesa- respondió por fin.
Hice un mohín y el volvió a reir.
-Eres adorable, debo decir...- regalándome una sonrisa, acomodó mi cabello detrás de mi oreja.
Me ruboricé a más no poder y ví un ligero rubor inundar sus mejillas.
-Esperame aqui, enseguida vuelvo- dijo, ocultando sus pequeñas manos en los bolsillos de la bata.
-Ta-Tampoco es que me vaya a ir a algún lado...- respondí y tras una ligera risilla, se fué.
En la soledad de aquella apartada habitación, me ruboricé. ¿Por qué de repente un chico totalmente atractivo me prestaba atención en la peor de las situaciones?
No quería su lástima, no quería que me mirara con lástima como lo hacían las enfermeras de turno.
Suspiré una vez más y esperé a que volviera.
Su compañía era agradable, demasiado agradable.
Miré la mesa de luz a mi lado y sobre ella, el causante de mi colapso. La invitación color blanco y de detalles plateados, hizo que mi corazón volviera a dar un vuelco.
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras que un profundo dolor me dejaba en silencio.
-¿No te has ido, verdad?- preguntó el doctor, sorprendiéndome. Me sequé rápidamente las lágrimas y volví a mirarlo, él pareció percatarse de mi tristeza -Lo lamento, no quise interrumpir...-
-No, no, no lo lamentes- contesté y su mirada volvió a conectarse con la mía.
Jimin se acercó con sutileza a mi camilla, volviendo a sentarse a mi lado, tendiendome un pequeño postre. Lo miré y él se sonrió.
-Prometo que la próxima vez cenaremos algo más que un postre en bajas calorías-
-¿Cenar con una de tus pacientes te está permitido?- pregunté y recibí una mirada suya.
-Eres una aguafiestas, ¿Lo sabes?-
-Lo tomaré como un cumplido- sonreí, probando el postre.
-¿Que te parece vernos este sábado?-
Su invitación me dejó un poco descolocada y estuve a punto de negarme cuando, pronto, el chico aclaró.
-Es una salida como amigos, no quiero apresurar las cosas, no es mi intención. ¿Que dices?-
Me miré las manos y asentí.

¿Una salida no le haría daño a nadie... verdad?

Fin Cap.1

akshdahdh <3

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Mila ^^~


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