Romantic Oneshot: Mini Fic- "Reina de Hielo" (Jimin x Fan) Parte 1

Holaaaaaaaaaaa!!

Género: Romantico
Capitulo: 1 de 3
Grupo: BTS
Pareja: Jimin x Fan
Título: "Reina de Hielo"

Narras Tu:

Me mordí el labio inferior haciendo flexiones, como cada mañana, como en cada ensayo, mi cuerpo se había acostumbrado ya luego de tantos años... Suspiré y, mirandome en el espejo, no pude evitar sentirme un poco nerviosa. Aquel día, como pocos otros, el ensayo incluía la participación de él, el chico que, desde hacía meses, no podía sacar de mi cabeza.

Me mordí el labio una vez más y hice el típico Split en el suelo, sorprendiendome una vez más de mi flexibilidad.

A mis veintipocos había conseguido pasar el examen de ingreso al Busan High School of Arts, y, la verdad, es que no podía ser más feliz.

Volví a ponerme de pie, antes de tocar uno de los tantos botones del mando a distancia y comenzar mi rutina.

Me movía con total soltura. Podía ver mi progreso con el tiempo.

Me sonreí a mi misma, maravillada ante lo que un año de intensas prácticas podía lograr.

Practiqué aquella coreografía mil y un veces, me encantaba imaginarme al público frente a mi, aplaudiendo. Al detenerme unos momentos para descansar, me giré sobre mis talones y la clase entera me sorprendió.

Algunos me miraban con entusiasmo, otros con indiferencia.

Sin embargo, fué el profesor el unico en sonreir. Sus ojos se volvieron mas brillosos y en cuanto la orquesta en el reproductor. El profesor aplaudió y miró al resto de los chicos.

-¿Y siguen preguntando, porqué le he dado el papel principal? Ojalá te desenvolvieras con tanta facilidad sobre el escenario, _______________- comentó y todos pasaron a sentarse.

Me senté con las chicas de la clase, sin embargo, no hablé con nadie.

Podía ser muy buena en baile pero... socializar no era lo mío.

-Bien, en unos minutos llegará nuestro violinista para marcar aún mejor la práctica, ¿Preguntas?- dijo el profesor.

Oí a las chicas murmurar por lo bajo, no era la única que se había percatado de él...

Tras una corta espera, la puerta de la sala de ensayos se abrió con timidez, y, por ella, el cabello naranja rojizo del chico que me acosaba en sueños.

-Buenos días, lamento la demora- comentó, con una pequeña sonrisa. Ante tal gesto, sus ojos se volvieron cada vez más finos.

"Es adorable" pensé y junto a los demas me puse de pie.

-Bien, comencemos- dijo dando un par de palmas.

Suspiré y una vez más me coloqué en posición, mirandolo a travez del reflejo del espejo frente a mi. Tomó su violin y se sentó en la espera de que su turno de actuar llegara.

Pasaron largos minutos antes de que mi solo llegara.

Cerré los ojos y noté sus suaves pasos sobre los pisos de madera, se coloco a poco más de un metro, me miré a mi misma un instante antes de que mi parte comenzara.

Mi cuerpo se movió con fragilidad, me sentía libre... aunque... tambien estaba un poco nerviosa. El estaba tocando el violin para mi. ¿Como no estar nerviosa?

No me atreí a mirarlo, era imposible, no podía hacerlo. Tenía las mejillas tintadas de rojo. Mi estómago era un completo nudo.

Cuando terminé, me giré hacia el chico, lo que ví me dejó desconcertada. Me coloqué las manos en mi cadera y suspiré, evitando la mirada del chico frente a mi. Me lamí los labios y dejé el turno al resto de bailarinas.

Mientras descansaba, miré al chico una vez más… Sus cejas marcaban tanta tranquilidad como su música, se mordió los labios, imperceptiblemente para el mundo, menos para mi. Las largas pestañas negras tocaban sus pómulos.

De cachetes un poco regordetes y de mandíbula igualmente remarcada, miré el resto de su cuerpo… Era de mi altura, ni alto, ni bajo; de espalda ancha, de postura firme y elegante.

Suspiré al verlo una vez más… estremeciéndome al verlo finalizar su acto.

Nuestro baile trataba de un romance, del romance típico de novela…

Podía imaginarlo vestido elegantemente en un escenario.

Lástima que eramos tan diferentes… El tan risueño, dulce, opacador, tan, él… Y yo tan reservada y callada.

Mis pensamientos se vieron cortados en seco al oír el aplauso del profesor. Nuestras prácticas habían finalizado. Me levanté del suelo y evitando la mirada de todos, aplaudí junto al bullicio de la gente, aplaudi bajito y, tomé mi bolso, dirigiéndome a las duchas.

En pocos minutos me duché y cambié. A la salida, me encontré con el resto de las chicas de la clase a punto de entrar a las duchas. Hice una reverencia silenciosa y salí del lugar.

Me puse mis auriculares y dí al play de mi celular. Debía llegar rápido a mi próxima clase.

Cuando troté por el pasillo, ni siquiera me percaté de que algo estaba frente a mi.

Trastabillé y pronto, sin mirar si quiera, hice una reverencia y a punto de escapar, un para de dedos se dirigieron a mi rostro, quitando el auricular.

-¿Estas bien?-dijo y atiné a mirarlo, ruborizándome pronto. Era él, me miraba a los ojos, los suyos castaños y totalmente expresivos.

Asentí, muda. Mi lengua no respondía, mi cuerpo no respondía.

Frunció levemente el ceño y volvió a preguntar.

-¿Nunca hablas? ¿Eres muda?-

No pude evitar sonreir, negando.

-No suelo hablar mucho, siento el haberte pechado- respondí, con la esperanza de que no volviera a preguntar nada.

-Ten más cuidado. ¿Vas a clase de Historia del Arte?- preguntó una vez más, parándose a mi lado.

No tuve más que asentir. El se sonrió y tomó el estuche de su violín del suelo, comenzó a caminar y yo lo ví partir, se giró un instante y con un movimiento de cabeza me indicó que fuera con él. Caminé cabizbaja, siguiéndolo, en silencio. Sin embargo, mis planes de “Pasar desapercibida” no resultaron.

-¿Siempre eres así?- preguntó, sin dejar de mirar hacia el frente. Lo miré sin entender –Realmente eres tímida-

Me sonrojé y bajé la mirada una vez más.

-Creo que... deberías de dejar de tenerle miedo a la gente. Desde que vamos a la misma clase, jamás te he visto sonreir. Pareces ser la mismísima Reina del Hielo- comentó y me sonrió una vez más.

-Tal vez si sea la Reina del Hielo- respondí y el volvió a mirarme a los ojos.

-Lo dudo-

-No me conoces- contesté a su vez.

-He visto lo suficiente como para estar seguro de ello-

Sus palabras me había dejado descolocada. ¿Cómo lo sabía? ¿Me había estado observando a caso?

Continué caminando a su lado hasta adentrarnos a clase. Me encaminé a mi asiento de siempre y esperé a que la clase empezara. Aunque, me sorprendió el hecho de que él se sentó a mi lado. De pronto la clase se giró a mirarnos, odiaba que la gente me mirara en clases…

El transcurso de la clase comenzó normal, Jimin, aún sentado a mi lado, prestaba atención a clases. En mi interior, bufé. “Como si fuera siempre así de aplicado” pensé y anoté todo lo importante en mis libretas de apuntes.

Al terminar las clases, tomé mis cosas y me apresuré a irme.

-Señorita _________, ¿podría quedarse unos minutos?- preguntó el profesor y yo asentí, ocultando mi creciente enojo.

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Salí del aula con una fila de papeles que iban mucho más allá de mi vista. Debía llevarlos a ‘Administracion`, y, eso quedaba bajando las escaleras.

Apreté los labios, totalmente frustrada. ¿Algo más que vaya mal?

Suspiré y comencé a caminar con lentitud. El profesor me había llamado para hacer ese “pequeño” recado y para preguntarme cuando comenzarían las presentaciones de mi club de Danzas Contemporáneas.

Haciendo malabares y equilibrio no pude evitar dar una larga cantidad de maldiciones. Aunque, todo fue en vano puesto que, la gran torre de papeles comenzó a inclinarse hacia delante, me incliné hacia las escaleras y, gracias a uno de los tantos papeles que se habían regado por el suelo, resbalé.

Estaba totalmente convencida, las largas escaleras eran un boleto directo al hospital por meses o… algo peor.

Sin embargo, para mi suerte, algo, o más bien, alguien, me tomó de la cintura, evitando que cayera.

Unos brazos fuertes pero de agarre totalmente delicado, me jalaron una vez más hacia atrás, recuperando el equilibrio.

-¿Estas bien?- preguntó y mi piel se erizó…

-Ji-Jimin…- contesté y oí su risa.