Romantic Oneshot: TwoShot ~ "Dangerous Boy" (RapMonster x Fan) PARTE 1
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miércoles, 4 de mayo de 2016

TwoShot ~ "Dangerous Boy" (RapMonster x Fan) PARTE 1

Holaaaaaaaaaaaaaaaa!!


Título: Dangerous Boy
Tipo: Hetero Lemon
Clasificación: PG -18
Grupo: BTS
Pareja: NamJoon (RapMonster) x Fan
Parte 1

Narras Tu:

          Me acomodé la ropa por vez número catorce en quince minutos...

Definitivamente no estaba nerviosa, no, para nada.

Mis ojos parecían estar más oscuros aquella tarde, miré los leves rastros de maquillaje y me solté el pelo, dejandolo caer como una larga cortina sobre mi espalda. Los tacones y la falda me hacían ver mayor. 

-Estas preciosa así ______________, ¿podrías ayudarme a preparar la mesa? ¿Por qué tanto empeño en arreglarte? ¿Viene algún chico que te gusta?- dijo mi madre, tras de mi, con una sonrisa pícara en los labios.

-Ay mamá, no, ¿como crees?- me quejé y  me eché un solo mechón de cabello hacia adelante.

Miré a mi madre y le besé la mejilla, parecía mucho más joven de los años que cumplía. 

-Seré vieja, pero no tonta, cariño. No me molestaría que consiguieras algun chico, a tu edad lo veo como un mal necesario- se sonrió, y era cierto, a sus cincuenta tenía aún más luces encendidas que una niña inocente de dieciseis.

-Justamente por ser un mal, en estos momentos no necesito a ninguno- oh, vil mentira, por supuesto que quería salir tomada de la mano con algun chico apuesto de la ciudad, pero, sinceramente, ¿Quien miraría a la chica inocente que vivía en librerías en vez de pubs?

Me encaminé al comedor y comencé a preparar la mesa para la cena. 

Mamá, por su cumpleaños, había organizado una gran cena para toda la familia. Desde mis abuelos hasta gente que no tenía ni mínima y mísera gana de mirar a los ojos, todos vendrían.

Sería una noche compleja, demasiado estresante, demasiado.

-Mamá, ¿estas segura que vendrán los tíos desde Ilsan?- pregunté acomodando la última copa.

-Claro que si- aseguró, apareciendo en el umbral de la cocina.

-Pero Mamá... No quiero ver a ese idiota- me quejé y ella rió.

-Nada de peros, sigue siendo tu primo. Deberian de llevarse bien, es un buen chico- insistió ella antes de continuar en lo que hacía.

-Un buen chico que me hace la vida a cuadros y maldiciones- murmuré.

Antes de emitir alguna otra palabra más, los invitados llegaron marcando presencia con el incesante pitido del timbre.

-Atiende tu cariño- dijo  mi madre y con el alma en los pies, obedecí.

Primero llegaron mis tías junto a mi abuela. Me llenaron de besos innecesarios, abrazos demasiado fuertes y halagos empalagosos.

-¡Dios mio! ¡Mi hermana ha hecho un gran trabajo contigo! ¡Estas preciosa!- dijo una de mis tias, abrazándome una vez más.

Los gritos de mi mama no se hicieron esperar, al igual que los correteos de mis primas, las gemelas, por la casa. 

Los siguientes en llegar fueron mis abuelos por parte paterna. Mi padre viajaba demasiado, por ende, lo veía poco. Sin embargo, mi abuelo era lo más parecido a un padre. En cuanto pasó la puerta de la casa, me abrazó con fuerza y se adentró junto a mi abuela, quien me llenó las mejillas de besos sonoros.

Cerré la puerta y suspiré, atendí a los invitados y me dirigí un segundo al baño para quitarme los restos de labial rosa y rojo de mis tías. Me miré a los ojos antes de oir que el timbre sonó.

Mis pasos sobre los suelos de cerámica resonaron mientras que intentaba caminar lo más elegantemente posible con los tacones. Al abrir la puerta, mis tíos de Ilsan me miraron y se sonrieron.

-Por un momento creí que había viajado en el tiempo, realmente estas igual a ella- dijo mi tio, abrazandome.

Le sonreí y abracé a mi tía, siguiendo por dos de mis tres primos, Taehyung (el menor) y Jin (el mayor).

Relamente, no tenía ningun inconveniente con los allí presentes, puesto a que eran realmente cálidos, sin embargo, el dueño de mis pesadillas no estaba allí. 

Los Kim tenían un único defecto, uno solo...

Pasaron a saludar y yo los ví marchar. Fué cuando al intentar cerrar la puerta, lo ví.

Como decía antes... 

Los Kim tienen un único defecto, uno solo... Ese defecto, de 1,81 cm de altura, piercing el labio inferior, ojos oscuros, cabello esta vez violeta oscuro, que vestía de chaqueta de cuero negro con algunas tachas de metal, jeanes desgastados y converse rojas. Si, esa clase de defecto.

Una clase de defecto de piel canela y un llamativo tatuaje que comenzaba en el cuello y abarcaba quien sabe hasta que punto de su cuerpo. Si, ese defecto...

Un defecto con nombre y apellido.

Kim Nam Joon.

-Bueno, bueno, que tenemos aquí. ¿La niña inocente de mami se ha dejado influenciar por algunas amigas? ¿Nadie te dijo que no puedes usar faldas con esas piernas?- preguntó apoyandose en una mano sobre el marco de la puerta.

- ¿Y a ti no te han dicho que eres un baboso y engreido? - sonreí con sarcasmo.

Realmente me sacaba de mi eje.

-Veo que sigues siendo la misma niña de mami- comentó, adentrándose en mi casa y pasando su brazo izquierdo sobre mi hombro.

Lo miré, visiblemente de mal humor.

-Al parecer al fin han hecho las paces después de años- sonrio la madre de Joon.

El chico a mi lado me sonrió y los hoyuelos se marcaron en sus mejillas.

-Creo que ambos hemos madurado, mamá- aclaró mi odioso primo.

Yo me limite a sonreir y parecer agradable.

En cuanto Nam Joon saludó a mi madre, todos se acomodaron en sus lugares en la larga mesa. Mire a mis lados y sonreí al ver que a mi derecha estaba Tae y a mi izquierda estaba Jin, el último me miró y me regaló una sonrisa.

Joder...

Entendia la ensoñación de mis amigas al verlo pasar por los pasillos del instituto. Era guapo, demasiado para su bien.

Al mirar al menor, me percaté de que en un par de años, daria vuelta la situación. De ojos bonitos y de sonrisa rectangular, lograria conquistar a cualquiera.

Por desgracia,  mi MALDITA desgracia, frente a mi se sentó Nam Joon, quien me sonrió y se dirigió al mayor.

-¿Me dejas ahi, hyung?-

Jin lo miró confundido y terminó asintiendo,  cambiando de asiento con aquél... chico. ¿Había peor situación? 

Lo miré de reojo y dejé escapar un bufido silencioso, él solo se sonrio y, en cuanto sus labios se curvaron, no pude evitar sonrojarme levemente.

Era demasiado lindo cuando se sonreía, algo que no hacía muy a menudo, no al menos frente a mi, miré sus rasgos un segundo más del necesario antes de agradecer por la comida y comenzar a cenar en silencio, escuchando las conversaciones de todos. ¡Hasta el pequeño Taehyung charlaba con las gemelas. quienes solo sabían hacer aegyo y reir. 

Mi mamá estaba en sus aguas, siempre se le habían dado bien ese tipo de eventos, sin embargo, yo no dije palabra alguna, estaba mucho más preocupada por el chico a mi lado que por mi propio apetito.

Probé la carne y sonreí. Era una delicia, aunque, todo, se nubló de pronto.

Solo noté los calientes dígitos posarse sobre la piel desnuda de mi pierna izquierda. Miré a Taehyung, no, no había sido él. Miré a Jin y estaba demasiado lejos como para llegar a rozarse accidentalmente conmigo de aquella forma. Sin embargo, mi proximo y acertado candidato, no lo había hecho sin querer, no... 

Fue con toda la mala intención.

Aparté mi pierna de el, apretando ambas.

¿Que mierda le pasaba? ¡Estabamos en una maldita cena familiar! ¡En la mesa había menores de edad (incluyendonos)!

Sus calientes dígitos se volvieron a posar en mis piernas, esta vez sobre mi muslo, dibujando amorfas figuras.

-¿Que mierda crees que haces?- pregunté por lo bajo, intentando no tartamudear.

-Solo me divierto un poco, niñita engreída- respondió, bebiendo del jugo de frutas que nos habían servido a todos.

Aparté la pierna una vez más y dí un leve brinquito en mi lugar, intentando alejarme.

Aunque, Nam Joon fué mucho más inteligente que yo, su pierna derecha se enredó con mi izquierda, obligandome a estar unto a él y a abrir irremediablemente las piernas.

Su índice se paseo por mi rodilla, haciendo círculos amorfos.

-Quítame tus asquerosas manos de encima- advertí y el volvió a reir.

-¿Y cuentame, _____________, como te va en tu clase?- preguntó él, intentando parecer de lo más natural posible mientras, por de bajo de la mesa, sus dedos se paseaban sin detenerse por mi pierna.

Lo miré totalmente sonrojada. Bajé mi mano con disimulo hacia la suya y la pellizqué, intentando de apretar su piel entre mis dedos con fuerza. Cuando al fin se alejó, suspiré, realmente más tranquila.

-Bien, supongo- sonreí, probando la ensalada de mi plato.

-¿De verdad? ¿Alguna materia en la que tengas más...- hizo una pausa para estirarse a alcanzar un boyo de pan, acercandose innecesariamente a mi -... dificultades?-

-Emm... si, Histo-Historia- tartamudee nerviosa y vi su sonrisa.

Sus dígitos se volvieron a posar sobre mi piel, aunque, esta vez, su mano presionó mi piel con total entereza.

-A mi tambien me cuesta bastante, aunque... Biología me resulta muy sencilla- comentó, mordiendose los labios, dejándolo escapar pronto.

Eran gruesos, demasiado.... sugestivos.

-¿Por qué haces esto?- pregunté bajito, sonrojandome, notando como su mano subía por mis muslos, hasta el inicio de mi falda.

Noté mi respiración agitarse y mis mejillas enrojecer de sobre manera. 

-Me encanta molestarte- se sonrió, apretando mi muslo -Ademas, eres realmente tentadora- 

Apreté mis piernas y el sonrió. Me dí cuenta de que fué un gran error.

"Reacciona, ¡Reacciona por favor!" pensé, en vano, estaba totalmente paralizada.

Fué entonces cuando me percate de mi creciente líbido. Mierda. La situación me estaba poniendo a tono y aunque mandara ordenes a mis piernas para contener mis músculos, éstos no respondían.

"No ahora, por favor" supliqué y mi mano tomó su muñeca, algo tarde por cierto puesto a que sus dedos comenzaron acariciar mucho más allá de lo permitido.

Mis labios se entre abrieron y sentí algo en mi interior agitarse. Las cosas se me estaban yendo de las manos y lo unico que deseaba era que todos se fuera para tener una charla, una muy larga charla con aquel chico de ojos café.

-______________- oí la voz de Jin y levanté la mirada.

-Di-Dime- contesté.

-¿Te sientes bien? Estas roja- preguntó, frunciendo el ceño levemente.

-E-estoy bien-

Por supuesto que podía armar un lío enorme si hablaba pero, algo dentro de mi me imploró a que me mantuviera callada. Pronto mis  pensamientos se aclararon y una rápida solución apareció frente a mi...

El pequeño Taehyung, jugando con las gemelas, derramó un vaso de jugo sobre mi, ensuciandome de sobre manera.

-Oh Dios- dije y el pequeño Tae hizo un puchero.

-Lo siento, lo siento mucho- murmuró como pudo con los ojitos llenos de lágrimas.

Me miré a mi misma y miré a todos en la mesa, avergonzada, no por mi aspecto, sinó por lo que acababa de dejar pasar bajo la madera de roble de la mesa.

-Oh, no te preocupes. Tu prima ya... ya se estaba cansando de este vestido, me pondré algo  más cómodo y volveré enseguida- dije, acariciando aquel manojo de cabellos castaños lacios del menor.

El niño se sonrojó y con una pequeña reverencia y una mirada a Nam Joon, subí rápido las escaleras, internandome con apuro en mi recámara.

Me sostuve a la puerta un minuto antes de caer en la realidad.

¡¿Como lo había podido permitir?!

"¡Estaba toda la familia enfrente de  tus narices, _______________!" me dije a mi misma y me golpee la frente.

Me cambié rápido por unos pantalones de jean ceñidos, una blusa blanca de punto y un par de botines rojos.

-De esta forma será práctimente imposible que me toque- me dije a mi misma en mi reflejo. Me mordí el labio inferior y noté mi piel erizarse. Aun podía jurar sentir su piel sobre la mia.

-¡Aish, que odioso!- dije y salí de mi recámara.

Al volver terminé de cenar, evitando las miradas de todos y en cuanto todos terminaron, ayudé a levantar la mesa. 
Todo se volvió calido aunque ahora evitaba total y francamente la mirada de Nam Joon.

-Nam Joon a veces me hace bromas- me comento Taehyung mientras se sentaba en mi regazo. Para ser un niño de 7 en pleno crecimiento,  era delgado.

- ¿Y por que lo hace, dulzura? - pregunté estrujandolo entre mis brazos.

-Creo que lo hace por pura diversión...- hizo un mohin.

"Oh Dios, ¿por que no me has dado algo tan dulce como hermano?" Pense y mi dedos se enredaron en su pelo.

-Estoy segura de que es un grandisimo y completo idiota, pero no es un mal chico- dije, notando las mejillas del pequeño enrojecer.

-Gracias  _____________- oí una voz a mis espaldas.

-Hyung...- murmuró Tae, aferrando sus pequeñas manos a las mias, asustado por lo que Nam Joon podría decirle. Sin embargo, el de piel morena, le despeinó con la delicadeza de un hermano mayor.

Yo solamente lo miré y en cuanto aquella mirada café se cruzó con la mía, noté una corriente electrica atravesarme la espalda. Miró a su alrededor y se inclinó hacia mi oído.

-Daría lo que fuera por tener al menos la mínima oportunidad de pasar contigo esta noche- 

Me sonrojé sin poder evitarlo, miré la pequeña espalda del niño frente a mi y sentí su cálido aliento chocar contra la piel de mi cuello.

-Y daría lo que fuera si por un minuto, te sentaras en mi regazo- 

Y sopló mi piel, provocando que algo despertara en mi interior, algo oscuro, algo que lograría ponerme en punto de ebullición en instantes.

Apreté las piernas por inercia.

Dios...

Me ponía de esa forma solo con su voz. ¿Que sería de mi si me tocase?

Un aparatoso estruendo nos hizo saltar a todos en nuestras ubicaciones.

-¿Que ha sido eso?- preguntó mi abuela desde la cocina.

Y la luz se apagó, y el llanto de las niñas se hizo presente, y la inquietud por parte de Tae se hizo totalmente tangible.

-¿Q-q-que esta o-ocurriendo?- preguntó, temblando.

-Shh, es solo un corte de luz pequeño, ya pasará- dije, abrazándolo una vez más.

No veia practicamente nada, solo alguna que otra silueta moviendose. Mis sentidos se amplificaron cuando noté un par de mullidos labios posarse en mi cuello por una fracción de segundo.

No, no podía estar ocurriendo, debía de ser una maldita broma de mal gusto.

"Oh de excelente gusto querras decir" dijo mi subconsciente. Rapidamente, descarté la idea.

-Tranquilo  todo el mundo- se oyó una clara voz.

Pronto, velas se encendieron, al igual que los celulares y las linternas.

Al mirar por la ventana notamos de afuera, el mundo parecía acabar.

Tras una leve discusión, todos decidieron quedarse y esperar al amanecer para volver a sus casas, por lo tanto, las habitaciones en la casa se repartieron. El cuarto de invitados era bastante espacioso, por lo que varios se acomodaron allí, otros en el altillo y otros en el sótano.

Mi habiación quedó vacía, cosa que me resultó un completo alivio.

-¿Está siendo muy pesado?- oí una voz entre las penumbras. Se trataba de Jin, quien miró al durmiente Tae y acarició su cabello.

-De hecho no, es un chico muy dulce- le sonreí y Jin me devolvió el gesto.

Llevamos una amena conversación hasta que llevó al pequeño a su habitación, con sus padres.

-Hasta mañana, _____________. Fué realmente lindo volver a verte- dijo abrazándome.

Me ruboricé y le devolví el gesto.

-Hasta mañana, Jin-

Me encaminé a mi habitación cuando noté que todos se habían ido a dormir, inclusive mi madre. 

Subí las escaleras y noté una mano tomar la mía. Estuve a nada de dar un notorio chillido pero, una mano apareció en mi boca. ¿Un secuestro? Me removí nerviosa entre los brazos de ese alguien. ¿Y si no volvía a ver a mi familia? ¿Y...

Fin de la parte 1!


Mila ^^~

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