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Título: "Los Lee"
Duración: 6/??
Pareja: Donghae x Eunhyuk
Apariciones: Lo verán a lo largo de la historia, aparecerán algunos nombres conocidos ^^
¡ADVERTENCIA! Se veran escenas sexuales y/o explicitas, incesto.
(No son hermanos de sangre, pero si, bajo la ley. Son"hermanastros" comúnmente llamados)
Narra Donghae:
Tomé su plato y el mío colocandolos sobre la mesa de luz. Lo miré un instante, tenía los ojos llorosos y rojos, la punta de la nariz roja cual payaso. Estaba totalmente despeinado y, en vez de causar respeto... me daba pena.
El chico levantó su mirada marrón y sonrió.
-No me mires- dijo con la voz rasposa, abrazándose a si mismo.
Aparté la mirada y me levanté de la cama, tomé una campera de su guardarropa y se la pasé por los hombros.
-Descansa, iré a limpiar esto y a practicar- informé encaminandome a la puerta.
El sorbió por la nariz e hizo un mohín. Parecía un niño pequeño, peor que Sungmiun...
¿Quien diría que era el mismo chico que me empujaba en el recreo, o que me tirara el almuerzo al pasar, o me pusiera el pie delante para que cayera redondito al piso, o que durante las prácticas, me pisara alguna que otra vez?
Aquel día, cuando entré por primera vez al club de baile, me quedé helado en la puerta al verlo a él ensayar frente al espejo.
El resto del grupo del club eran animados y cálidos, pero él... parecía tan distante como siempre... menos, cuando bailaba. Cuando se movía sobre los brillosos suelos de madera, podía vera Hyukjae, no el chico malo de las clases, el verdadero Hyukjae.
-Es bueno- me dijo Heechul con una sonrisa antes de sumarse al cotilleo del resto del grupo.
A mi me encantaba bailar, pero... Hyukjae, era asombroso... sencillamente genial. "Se lo diría pero probablemente me golpee" me dije a mi mismo.
Ya había pasado un mes desde que comencé a convivir con él, bajo el mismo techo y la misma habitación...
Me crucé de brazos y arquee una ceja, ¿Era el mismo Hyuk? "Es por la gripe" pensé y me senté una vez más a su lado a las orillas de la cama.
-¿Que quieres ahora?- pregunté y él me miró a los ojos un instante, ruborizándose.
-Nada, vete, déjame solo- dijo abrazando sus rodillas.
Suspiré y volví a tocar su frente, recibiendo una brillosa mirada de su parte...
La temperatura que tenía no bajaba.
-No baja la fiebre- dije preocupado -Iré a buscar antigripales al mercado, no te vayas a levantar- dije y su mirada aún no se despegaba de la mía.
Fruncí el ceño y sonreí, ¿Que rayos le pasaba?
Tomé una campera de mi guardarropas y una bufanda. Tomé un poco del dinero que había dejado mi padre y al tomar el billete, algo cayó de la encimera. Lo levanté sin darle demasiada importancia y salí.
Mientras caminaba por las calles de Seúl, escuchaba música. Puse algo movido en el reproductor y apuré el paso.
Al legar al mercado, me adentré en las largas góndolas de productos, tomé algunas sopas instantáneas, antigripales y me detuve a ver algunos gorros de lana. Miré el espejo y me los probé todos, aunque... uno me llamó la atención. Era de color blanco como la nieve, muy al estilo del chico enfermo que estaba en mi cuarto.. su cuarto en realidad. Lo tomé y lo coloqué con las demas cosas.
Al pasar por otra de las góndolas, vi un montón de revistas, dejé las compras en el suelo y me dispuse a ojear alguna...
Tomé al azar alguna de aquellas revistas y la abrí, quedando atónito. La cerré de golpe y tomé las compras de nuevo. Era una de esas revistas eróticas... esas que Hyuk coleccionaba.
La verdad, era que, sabía que las guardaba bajo su colchón, pero nunca dije nada, ni a él ni a nadie. Me paré en seco y con todo mi pesar miré la revista una vez más antes de colocarla con las compras.
Suspiré, rojo cual tomate y me dirigí corriendo a la caja.
Al salir del mercado me percaté de un pequeño detalle... estaba nevando.
Las calles se estaban tiñendo de blanco y gris asfalto.
Apuré el paso hacia el departamento. En un santiamén llegué y saludando a el recepcionista de turno, subí el ascensor, tiritando de frío.
Más que rápido llego al piso que quería y bajé enseguida, camine ligero por los pasillos hasta alcanzar la puerta correcta...
Al abrir la puerta, una ola se aire frío me dejó estático unas vez más.
Cerré la puerta detras de mi y oí el intermitente sonido del aire acondicionado. Fruncí el ceño y lo apagué con el mando a distancia.
Miré el control color blanco y me detuve a pensar un instante, lo dejé sobre la encimera y fué en ese momento en el que reacioné.
-Hyuk...- dije soltando la bolsa de compras.
Corrí por las escaleras llegando a su habitación, abrí la puerta y el frío una vez más me heló. Su habitación estaba más congelada que toda la casa.
Encendí la luz y la vision fue devastadora.
Hyukjae estaba hecho una bolita, encorvado en la cama. Corrí hacia él y me arrodillé a un lado de la cama.
-Hyuk- lo llamé y a penas logré oír un quejido.
Me quité mi campera y se la pasé por los hombros. Saqué el abrigo de mi cama y se lo puse en la suya.
-¡Hyuk!- dije y el chico abrió apenas los ojos.
-Estas aquí- dijo e intentó enderezarse.
-Acuestate- dije levantandome del suelo y empujandolo en la cama.
-No...- se quejo él.
-¡Que te acuestes!- ordené y aquel par de ojos chocolate me miraron.
Le toqué la frente y noté su piel helada.
El chico se acostó en la cama y comenzó a temblar.
-Ay... ¿que hago?- dije remordiendome la conciencia.
Lo miré una vez más y... solo una idea se me cruzó por la cabeza.
Me quité los zapatos y el buzo de lana. Rodee la cama y levante las sábanas... Llevaba unos bonitos boxer negros... "Con razon se resfría" pensé y me adentré en su cama.
-¿Que haces?- me preguntó con los ojos brillosos. Le tiritaban los dientes.
-Callate y duerme- dije, notando mis mejillas calientes.
Me acosté a sus espaldas, evitando su mirada. Miré su espalda y me sonrojé aún más, tenía la espalda ancha y los hombros rectos. Era delgado, aunque... las caderas y su cintura se marcaban perfectamente.
Tragué saliva y sin alargar más el problema, lo abracé por la cintura.
Era tan delgado que mis manos lograban entrelazarse en su abdomen.
Temblaba entre mis brazos... su cabello, aunque era corto, me rozaba la frente, produciendo cosquillas.
A medida que pasó el tiempo, su cuerpo recupero temperatura y pronto, se durmió, tranquilizandome.
Cerré los ojos y suspiré, apoyando mi frente en su hombro, pronto, su respiración y la mía se hicieron más suaves... dandome cuenta tarde antes de quedarme dormido... abrazandole.
Fin Cap. 6 ♥
msnakndakj Espero que les haya gustado! ♥
Los amo!♥
Gif Time!
Mila ♥
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