Romantic Oneshot: Fanfic!~ "En mi Eternidad" (Donghae x Fan)~ Cap. 49
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sábado, 28 de noviembre de 2015

Fanfic!~ "En mi Eternidad" (Donghae x Fan)~ Cap. 49

Holaaaa! Buen Sabado!!




Título: "En mi Eternidad"
Duración: ?
Episodio: 49
Pareja: Donghae x Fan
Apariciones: Lo verán a lo largo de la historia, aparecerán algunos nombres conocidos ^^
¡ADVERTENCIA! Se verán escenas violentas y lenguaje explicito.

Narras tu:

          Cuando apenas se detuvo el taxi, noté mi celular sonar, lo dejé pasar, cuando recogí mi maleta, el celular no dejaba de sonar. De mala gana lo saqué de mi bolsillo y miré la pantalla.
¿Como no iba a sonar si todos me estaban llamando? ¡Tenia cincuenta y tres llamadas perdidas e incontables mensajes de voz!
Negué y suspiré buscando paciencia en algun rincón de mi ser.
Abrí los mensajes de voz y me puse el celular al oído:
-Amor, cuando llegues llámame- pidió Hae, se lo notaba preocupado. Abrí otro... -Aún no entiendo porqué te has marchado sola, a veces no te comprendo- Y el siguiente -Amor, ¿ya llegaste? Comienzo a preocuparme- Con una sonrisa dibujada en mi rostro  abrí el siguiente -¿Donde estas? ¿Ni siquiera piensas en que me estoy preocupando por ti? Desconsiderada- Y el que le seguía -¿Porqué eres así? ¡Contesta de una maldita vez!- Miré mi celular y arquee una ceja al notar un nuevo mensaje de voz entrar en ese preciso instante, como por arte de magia, atendí sin que se percatara.
-¿Me odias acaso? ¿Porque me haces esto? Me preocupo por ti y nisiquiera pareces pensar en mi. Eres cruel, muy cruel. Siempre te cuento mis problemas y tu jamas me cuentas los tuyos. ¿Serás así todo el tiempo en el que estemos juntos? Creí que me querías...- dijo con la voz rasposa y llena de sentimientos.
-No, no seré así todo el tiempo. Simplemente, he tenido que venir sola, cuando regrese te lo contaré todo- contesté cruzandome de brazos antes de continuar -Así que soy una desconsiderada, cruel e incomprendida, ¿Eh?-
-Emm... amor...- respondió, tragando saliva -No creí que fueras a contestar-
-Pues si, contesté. ¿Algo más de lo que me quieras llamar?- pregunté, fingiendo enojo, pagandole al taxista.
-No, no, lo siento- dijo y dibuje una pequeña sonrisa en mi rostro -¿En donde estas? Es bastante ruidoso-
Miré a mi alrededor y noté una feria, caminé colocándome mi valija al hombro. Necesitaba encontrar un hotel.
-Brasil, estoy en Brasil. Dame cinco minutos, no cuelgues- respondí, comenzando a caminar hacia el primer hotel que apareció en mi campo visual, Maracujá City Resort. Apenas me inscribí en el hotel, continué mi charla con Donghae. -¿Como están las cosas por ahí?-
-Ni lo preguntes, Siwon se ha peleado hoy con Hangeng en pleno vuelo. Los guardias del  aereopuerto los tuvieron retenidos por horas- se quejó Hae.
-Creí que Jung Soo podría con ello...- dije y me masajee las cienes.
-Creo que ni siquiera tu podrías con ellos, las cosas parecen ir de mal en peor. ¿En que parte de Brasil estas?-
-No voy a decir nada, no quiero que aparezcas aquí de sorpresa- me quejé, caminando por los pasillos del hotel, buscando mi habitación.
-Pero...- comenzó a decir y lo interrumpí.
-Pero nada, Hae, necesito hacer esto sola. Cuando regrese te lo contaré todo, confía en mi, ¿Si?- pedí, abriendo la puerta de mi habitación.
Oí un suspiro del otro lado de la linea y noté mi corazón dar un brinco.
-Esta bien... Cuidate mucho- pidió.
-Lo haré, cuidate tambien. Cuando menos te lo esperes estaré allí, contigo...-
-Espero que así sea-
-¿Hae?-
-Dime- contestó, y tras respirar hondo, lo dije al fin...
-Te amo-
Oí una pequeña risa y su voz:
-Tambien te amo, mandona-

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Tras pasar un día en el hotel, amanecí al día siguiente llena de energías, ya era tiempo de comenzar... Vestida con unos jeanes, una camiseta de tirantes y una camisa por encima, unas botas altas tipo guerrilla y un pequeño morral, partí hacia el estacionamiento del hotel.
Habia alquilado por setenta y dos horas, una pequeña camioneta, clasica y cómoda para que me llevase a donde quisiere.
Partí rumbo a Leticia, una de las tres ciudades amazonicas del país.
Por la carretera me sentía bien, como si realmente conociera el lugar, algo que se me hizo realmente extraño, respiré hondo y suspiré rápidamente, ¿Porqué sentía tanta nostalgia?
En cuanto llegué a la ciudad, bajé todas mis pertenencias y dejé el coche aparcado en algun lugar. Caminé con parsimonia por la ciudad, encontrando al fin mi destino...
Un hombre se giró hacia mi y se acercó rápidamente.
-Buenos días, ¿En que puedo ayudarla?- preguntó.
-Buenos días, quisiera que me llevara a la selva amazonica- le pedí.
-Esta bien, suba a la barca- dijo el hombre.
Le dí la paga correspondiente y me subí a la barca.
-¿De donde es?- preguntó, al empezar a remar.
Miré el agua bajo nosotros, agua que no auguraba nada bueno...
-De Bretaña- contesté, mirando la ciudad alejarse cada vez más.
-¿Y desde allá ha venido para conocer Brasil?- preguntó una vez más.
La curiosidad de las peronas me estaba poniendo un poco nerviosa...
-Solo he venido a buscar algo- contesté con una incómoda sonrisa. Rebusqué en mi morral una de las pastillas para poder sobrellevar el sol, me coloqué repelente de insectos.
Mientras que el hombre hablaba sobre la historia del lugar, yo me maravillaba de los paisajes y de los animales del lugar. Asentí con la cabeza para darle la ciega razón al hombre.
-Llegamos- dijo, dejando el bote a las orillas de la selva -Deme un segundo que amarro el bote a algun lugar-
-No es necesario, deseo continuar sola- dije con una sonrisa.
-¿Que? Usted esta demente. ¿Sabe la cantidad de especies peligrosas que hay ahi dentro? Puede morir, ¿Lo sabe, verdad?- respondió
-Si, lo sé, aún así quiero ir sola, así que por favor, regrese. Yo estaré bien- contesté, buscando convencerle de la manera más civilizada posible.
-No voy a dejarla ir sola- insistió el hombre y fué la gota que rebasó el vaso.
Lo miré a los ojos y tras un suspiro de mi parte, me metí en su cabeza.
-Se irá por donde vino sin rechistar, es una orden- dije y el hombre asintió, como si fuese un zombie.
En cuanto la barca se marcho, miré el paisaje del cielo inmensamente azul y el agua unirse en el horizonte antes de adentrarme en el Amazonas.
Los árboles eran inmensos, parecían ir mucho más allá del cielo y las nubes, que, apenas se veían desde abajo. Si se cerraban los ojos, los sonidos de las aves, chicharras y demás animales construían un concierto de lo más natural. El aire olía a tierra y humedad, pero sobre todo, era el aire más puro que había respirado jamas.
Con cuidado de donde pisar, continué caminando, saltando por encima de las raíces de los árboles, fijandome en todo a mi alrededor.
Sin embargo, no era todo color de rosas...
Al pisar las raíces de los arboles se tenía que tener cuidado, puesto que no se distinguía bien una cosa de la otra. Lo que podía ser madera, podía ser una gigantesca Anaconda, o, peor aún, un inmenso cocodrilo.
Fué en el instante en el que ví una Anaconda pasearse a mi alrededor, en el que tomé la decisión de volar entre los arboles.
Desde las alturas, el concierto era el mismo, pero con otros protagonistas... las aves y los monos, quienes, asustados me miraban y se escondían.
Continué sin rumbo alguno, hasta que, oí voces. Hablaban en dialectos extraños... Miré hacia abajo y, apoyandome en una de las tantas ramas de los árboles, descubrí nativos del lugar caminando por los al rededores. No entendía lo que decían, pero parecían haberme escuchado.
Al llegar al centro de la selva, una pequeña llanura entre las torcidas copas de los árboles, formaban una inmensa cúpula por los cielos, allí me detuve...
Me paré en el centro de aquella llanura y miré hacia arriba, respirando hondo.
¿Que era esa sensación en mi pecho? ¿Que me estaba pasando?
-Al fin llegas- oí una voz y, al levantar la vista, me encontre con la joven de pelo negro y ojos oscuros. Se miró las uñas y se sonrió.
-Siento la tardanza- dije, cruzandome de brazos -¿Que es lo que querías decirme?-
Uror se sonrió y con elegancia, se acercó a mi y sin vacilar, tomó mis manos juntas...
Pronto, al ver a mi alrededor, noté todo tornarse más brillante.
-La paciencia es la clave de todo, tranquilízate- dijo, moviendo los labios, aunque su voz parecía no ser suya.
Me mordí el labio inferior, magullado por tanto nervio y cerré los ojos, esperando de que todos mis nervios se disiparan.
Tras unos segundos, sus manos apretaron las mías y abrí los ojos, encontrandome una vez más con el paisaje verde del Amazonas.
Uror comenzó a caminar, pronto de giró y con un movimiento de cabeza la segui.
Caminó con elegancia frente a mi, y, cuando creí que no se detendría, desde atras de uno de los altos arboles, arqueó una ceja y me miró. Miré hacia el frente y me encontré con una joven, una joven... bastante parecida la mujer que había visto en mis visiones.
-¿Quien es ella?- pregunté, hipnotizada, mirando a aquella mujer que recogía flores.
Tenía el pelo larguísimo, ondulado y oscuro. Tenía la nariz perfecta y los pómulos igualmente delicados. El vestido blanco la hacía resaltar más, pero, el colgante me resultaba extraño.
-Su nombre era Zeffa, fué una de las primeras nativas de esta región- contestó la Valkyria cruzándose de brazos.
-¿Que significa?-
-Rosa- contestó y continuó- ¿Te planteo su historia como la de una princesa o que?-
-Da igual, solo cuentame...- pedí sin dejar de mirar a la mujer.
-Esta bien...- se sonrio-...
>>Eran altas horas de la noche, sin embargo aquella chica de ojos castaños aún continuó caminando por las pocas llanuras de su pequeño pueblo, entre los árboles altísimos del lugar. Aquella chica amaba las rosas, cualquier flor que le pareciere única y inocente, como ella.
Su nombre era Zeffa, y, en aquel entonces tenía solo diecisiete años... Era la hija del lider del grupo, algo así como una princesa, y, por ser mujer, era la primera a la que iban a ofrendar a los dioses.
Solamente salía por las noches a observar la luna y maravillarse con la bondad de su entorno natural.
Sin embargo, aquella noche, su soledad fué interrumpida. 
A sus espaldas oyó la hierba sonar. Se giró enseguida y al ver la procedencia del ruido, se levantó más que corriendo, alejandose.
-No te haré daño- dijo él. 
Un hombre de ojos castaños la miraba con ternura, como si se tratara de la más delicada de las flores, y, si, así era. El cabello negro del hombre se agitaba por la brisa nocturna.
-¿Quien es usted y que hace aqui?- preguntó Zeffa, mirando al hombre con una mezcla de temor y sospecha.
-Solamente vine a ver el paisaje- contestó él, y, pasando a su lado, se concentró en mirar el horizonte.
Zeffa, aún a la distancia, miró la silueta del hombre. Tenía la espalda ancha y una pequeña cintura, tenía los brazos fornidos y se paraba con elegancia... Aunque vestía de negro, parecía ser su opuesto, todo lo opuesto a lo que ella podía ser, aún así, la curiosidad fué más fuerte que ella y, parandose a su lado, conversaron por lo bajo.
Tras el pasaje del tiempo, aquel hombre comenzó a ir cada noche a visitarla y un remolino de emociones totalmente abrumadoras, arrolló a ambos.
Tanto él, como ella, no podían esperar a que el sol se ocultase para verse una vez más.
Pronto, un día, cuando llevaban meses enteros de palabras y miradas, Zeffa entendió que encontró a quien podía amar, en quien podía confiar... Fué ella quien dió el primer paso y como una niña, se enamoró de aquel hombre muchos años mayor y de apariencia joven.
Su relación perduró, perduró más de lo que cualquiera esperaba, una noche se comprometieron, una noche hicieron un juramento, y, una noche, pasó entre susurros y amor... Aquella vez, la maldad y la bondad se unieron, y, de esa union, una niña. 
La felicidad de aquellos dos duró menos de lo que ellos mismos esperaban, el unico momento de la vida de él que se pudo mostrar como solo pocos sabían, inclusive en la maldad había bondad; ella por su parte, con él, experimento el más dulce de los amores, inclusive dentro de la bondad había algo de maldad, y la suya despertó al enterarse de que su propio padre la había vendido a un hombre, aún, sabiendo de que había dado a luz hace poco.
Zeffa corrió como nunca, escapó y, cuando se sintió a salvo junto a él, un hombre nuevo apareció, un hombre que relucía vestido de blanco, de barba larga y blanca al igual que su cabello, era alto y robusto. Un parche en el ojo fué el único signo de advertencia...
A pesar de los esfuerzos de él por ocultarla a sus espaldas, la chica se puso a su lado.
-Grave error, niña- se sonrió el robusto recien llegado y, con un movimiento de mano, una lanza apareció en su mano.
El intentó reanimarla de alguna forma, le brindó de su energía, pero, fué en vano... Había muerto en sus brazos...
-No... no, no me dejes-  susurró, abrazándola, aferrándose a ella, sin embargo, el incesante llanto  de la niña le recordaron que no estaba solo...
-Sabes que ella nunca debió nacer- dijo el recién llegado.
-Púdrete- comentó él, limpiándose las lágrimas que caían por sus mejillas.
-Puede ser mi nieta pero aún así, ella no debió nacer- comentó- Loki, nos conocemos, sabes que ella...-
-No soy tu hijo, jamás lo he sido... ¿Querías tenerme en tu contra? lo haz conseguido, hijo de puta- prometió el Dios, mostrando por fin su lado más oscuro y diciéndole adiós a toda la bondad que existió alguna vez en él<<
-Esa es la historia- dió por terminada la historia, sin embargo yo no era  capaz de escuchar palabra alguna. Las lágrimas caían como cataratas, no podía parar de llorar.
Aquella mujer que vestía de blanco era mi madre, mi madre...

Fin Cap. 49!

askdhjakjshdkjashdjashd Espero que les haya gustado!

Gif Time.



Mila ^^~


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