Romantic Oneshot: Fanfic!~ "En mi Eternidad" (Donghae x Fan)~ Cap. 32
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miércoles, 9 de septiembre de 2015

Fanfic!~ "En mi Eternidad" (Donghae x Fan)~ Cap. 32

Holaaaa~~~


Título: "En mi Eternidad"
Duración: ?
Episodio: 32
Pareja: Donghae x Fan
Apariciones: Lo verán a lo largo de la historia, aparecerán algunos nombres conocidos ^^
¡ADVERTENCIA! Se verán escenas violentas y lenguaje explicito.

Narras Tú:

           Sus brazos se envolvían en mi cintura. Notaba su respiración sobre mi cuello.
La cama era amplia, de dos cuerpos, de sabanas blancas y frazadas marfil, la habitación era bastante amplia y bastante ordenada para ser de Donghae. Podía imaginarlo sentado a las orillas de la cama, tocando la guitarra de la esquina de la habitación. Podía imaginarlo mirando alguna película o leyendo algun libro de la estantería. Podía imaginarlo...
Suspiré y miré su rostro dormido.
Las pestañas rozaban sus mejillas, eran inclusive un poco más largas que las mias. Tenía la piel más tersa y delicada que había visto alguna vez, los labios perfilados, finos, masculinos. Pasé el índice por su entrecejo y noté mis ojos llenarse de lágrimas.
Descansaba a mi lado, me apretaba cada vez más contra su pecho, me sentía protegida.
En esa posición podía disfrutar verlo en su totalidad.
Ni siquiera le había molestado de presentarse a mi con el torso descubierto. Había dejado de sangrar, solo se marcaban en su cuerpo las incisiones de mis colmillos.
Su espalda era ancha, sus brazos eran musculosos, su abdomen se marcaba por algun escurridizo abdominal.
Cuqndo estaba admirandolo, noté sus manos pasearse por la piel expuesta de mis caderas. La camisa se había levantado un poco y sin querer, algunas zonas estaban descubiertas.
Sus dedos acariciaban mi piel con delicadeza, con una parsimonia jamás imaginada.
Abrió los ojos y me miró, dibujando una sonrisa en su rostro.
-¿Me estabas estudiando?- preguntó, con la voz ronca.
-Algo así- contesté, notando el rubor subir por mi cara.
-Es lindo saberlo- comentó antes de bajar su mirada a sus manos -Ahora... tu piel no me parece tan fría, al contrario, es bastante... tibia-
Se mordió el labio inferior arrastró las uñas cortas sobre mi piel, delicadamente.
En aquella intimidad, estaba hipersensible. Otra de las características de los intercambios de sangre.
Me mordí el labio inferior, sin apartar mi mirada de la suya.
Noté mi celular vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón.
Puse los ojos en blanco y él rió.
-¿Puedo tomarlo?- preguntó, con una sonrisa pícara.
Arquee una ceja y sonreí, entrelazando mis piernas con las suyas el doble, estirando el brazo hacia atras y pegando mi pecho contra el suyo.
-Eso es un no- murmuró, bajito, notando su respiración sobre mis labios.
-Eso es un no, por ahora- contesté, antes de besar su barbilla.
Miré la pantalla de mi celular y ví una llamada entrante. IU.
Me llevé el indice a los labios y contesté.
-¿Hola?- dije, colocandome el celular en el oído.
-Hola, emmm, ¿Estas ocupada?- preguntó ella, se la notaba nerviosa.
-Digamos que...- miré al chico frente a mi, quien me sonrió y me besó silenciosamente la nariz -Si y no-
La chica rió, nerviosa:
-Lamento interrumpirlos pero, necesitamos ir de compras. ¿Te parece mañana por la tarde?-
-Esta bien- respondí, notando algun que otro beso en mi cuello.
-Ok, los dejo en paz. Nos vemos mañana- comentó la chica y cortó.
Donghae tomó mi celular y dejó el teléfono sobre su mesa de luz, junto al suyo.
-¿Crees que nos interrumpirán el sueño?- preguntó antes de encararme.
-No lo sé, probablemente no, IU estaba nerviosa por algo, mañana le preguntaré- respondí, atreviéndome a acariciar sus brazos con las puntas de mis dedos.
El suspiró, avergonzado.
Al parecer no era la unica nerviosa y sensible.
-¿Tienes pijamas?- pregunté acercandome a sus labios.
-No, pero tengo camisetas largas y anchas- contestó acercandose un poco más.
-Perfecto- sonreí y me alejé. Me encantaba incitarlo. Sus manos desaparecieron y me dejó levantarme.
Me acerqué al guardarropa y me giré a preguntarle:
-¿Donde estan?-
-En la segunda estantería desde abajo- sonrió él, colocando sus manos bajo su cabeza, mostrandose relajado.
Arquee una ceja y me incliné a tomar alguna de las camisetas. Me giré a mirarlo y él se sonrió. No apartaba su mirada de mi.
Me interné en el baño y me cambié rápidamente de ropa. Y pronto, le dí la razón, la camiseta me quedaba a medio muslo, mostraba piernas, como un jersey color azul, de mangas anchas. Olía a fresas, me ruboricé a más no poder.
Me solté el cabello y me quité las botas.
Al volver a su habitación, tragué saliva y sentí su mirada sobre mi.

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Narra Donghae:

         "¿Como le quedará?" me pregunté, mirando el techo de la habitación.
Me sentía en la gloria, en el cielo mismo. El poder estar con ella de esa forma, era lo que más me tranquilizaba.
"Algo debí haber hecho muy bien en la vida anterior para tener esta recompensa" me dije a mi mismo y sonreí con sorna.
Como lo había dicho antes, esa chica era el pecado. En la mitad de conversaciones que teníamos en la soledad de alguna habitación, había descaradas y no tan descaradas insinuaciones. "Es natural en ella" me respondí.
Aún podía jurar sentir su piel bajo mis dedos.
Hasta su sangre me embriagaba.
La conexión entre nuestros cuerpos, nuestras mentes, todo, era fuerte. Y en ese punto, todo me importaba poco. Si era mala o buena, si tenía miles de años o apenas tenía unos meses, como yo. Si era una asesina en serie o si era una inocente chica.
Tenía bien claro quien era, su edad, su misión en la tierra, pero, aún habían detalles que eran un completo misterio.
Recordé la conversación que había tenido con el hombre de la máscara de payaso y, aún tenía esa duda...
"Cuando salga del baño, le preguntaré" me dije, determinado, enderezándome un poco en la cama y apoyando mi espalda en el respaldo de la misma.
Al oir el crujido de pasos sobre la madera del piso, no pude evitar mirarla.
Tenía las mejillas sonrosadas, el cabello suelto y... bajé la mirada a aquel par de moldeadas piernas color miel.
No me quedó de otra que tragar saliva, unas ganas enormes de tomar sus manos y dejarla contra la pared me mostraron otra parte que no conocía de mi. Podía llegar a ser bastante dominante.
Definitivamente, el que una chica use ese tipo de camisetas estaba bien, pero, en el su caso, debería ser penado por la ley. ¡Hasta el cuello de la camiseta le quedaba como un escote!
Arqueó una ceja y se sonrió.
Continuó su camino y dejó su ropa sobre una de la silla del escritorio. Luego, cuando sus rodillas tocaron la cama, levantó una pierna y finalmente, se sentó sobre sus rodillas, al borde de la cama. La camiseta de esa forma le cubría hasta las rodillas.
Si cubría delante... detrás... "No, no, no pienses, no, no, ni se te ocurra pensar" me dije a mi mismo, sin dejar de mirarla.
Gateó hacia mi y cuando estuvo a tan solo centímetros, se sentó a mi lado.
-Buenas noches, Donghae- dijo, en forma de saludo.
-Hola...- respondí, con la garganta reseca.
La mirada de esa chica me convertía en un indefenso insecto atrapado en la telaraña de una Viuda Negra, parecía meterse bajo mi piel.
Ella se sonrió y finalmente, acortó la distancia entre nosotros.
Instintivamente, acuné su mejilla en mi derecha. Sus ojos brillaban, aún se ruborizaba.
-Todo esto... ¿Son ventajas de anudarse?- pregunté y ella volvió a sonreir.
-Por supuesto, ahora, la pregunta en realidad sería...- respondió y con esperanza a flor de piel preguntó -¿Que opinas de... mi sangre?-
Tragué saliva y asentí:
-Me ha encantado, pero, ¿Solo puedo beber de ti si estoy herido?-
-Puedes beber de mi siempre y cuando lo desees- contestó.
Volví a asentir, esta vez, con intensiones macabras.
-Entonces, ¿Sería mala idea, volver a hacerlo?-  pregunte, separando mi espalda del respaldo de la cama, encarandola.
-No me opondría- respondió, con una sonrisa en sus labios. Se inclinó un poco y rozó sus labios con los míos.
-¿A eso llamas beso?- pregunté arqueando ambas cejas.
-Yo le llamaría mejor: "Forma número uno de incitar a tu pareja a que te hinque el diente"-
No pude evitar reir unos segundos antes de besarla.
Sus labios se moldeaban bien a los míos, se rozaban con delicadeza. Besar a esa chica no era un verdadero problema, el verdadero problema era el detenerse.

Fin. Cap. 32 <3

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Mila ^^~

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