Título: "En mi Eternidad"
Duración: ?
Episodio: 1
Pareja: Donghae x Fan
Apariciones: Lo verán a lo largo de la historia, aparecerán algunos nombres conocidos ^^
¡ADVERTENCIA! Se veran escenas violentas y lenguaje explicito.
Narras Tu:
Osaka, Japón. Un 15 de Octubre en particular...
Las calles apenas era iluminadas por los faroles, un largo otoño estaba por llegar, En aquel sitio, el frio parecía hacerse cada vez más insoportable.
"Por lo menos no vengo sola" pensé, mirando a mi derecha.
Con el frio y a esas horas de la tarde, la nariz se le estaba volviendo cada vez más roja, el lunar en el puente de su nariz parecía ser más pálido a medida de que pasaba el tiempo a la intemperie.
Me miré el atuendo y me saqué las manos de los bolsillos.
Mis pantalones de jean ceñidos no abrigaban nada, el saco, color negro era una maravilla, como una estufa móvil. Me quité una de las tantas.vueltas de mi bufanda y me acerqué a Siwon.
-Espera- dije y el chico se detuvo en seco en el medio de la calle.
Le pasé la bufanda blanca por el cuello y le dí un par de vueltas.
-¿Mejor?- le pregunté con una sonrisa.
El asintió como un niño pequeño y se quitó uno de los guantes que estaba usando, me lo tendió. Cuando fuí a rechazarlo, sentí un congelante frío en mis dedos. El chico sonrió y continuamos caminando cada uno con una mano en el bolsillos.
-¿Donde está tu próximo encargue?- preguntó, formando dibujos amorfos, como de humo de cigarrillo con el aliento.
Miré el gran edificio que estaba a pocos metros de nosotros.
-Piso 30, al presidente de la compañía- respondí y vi una sonrisa en su rostro.
-¿Te espero?- preguntó.
Me quité la bufanda en su totalidad y lo miré a los ojos.
-Como gustes- sonreí y me adentré al edificio en un abrir y cerrar de ojos.
Siwon era menor que yo, solo tenía dos siglos y un poco más de vida, yo, en cambio, a mis diez siglos de vida, seguia pareciendo una adolescente.
Aquel joven, desde el momento en el que dijo su nombre, se mostró educado, cordial y cariñoso como un hermano menor.
Teníamos la misma mision, sesgar almas, como la del presidente de la compañia que estaba a punto de dejar en ruinas.
Me adentré en su lujoso e iluminado despacho y reventé las bombillas. Él, se levantó exaltado de su asiento y alzó apenas la voz ronca.
-¿Quien está ahí?- preguntó y yo encendí la unica bombita sana sobre mi.
-Prostitución infantil y "Trata de blancas"- dije y una sonrisa emergió en mis labios.
-¿Quien mierda eres?- volvió a preguntar y, en un pestañeo, desenfunde ya cuchilla y me coloqué a su lado.
-Por lo que sé, disfrutas de golpearlas, venderlas y denigrarlas- comenté apoyando la bonita cuchilla de plata en su cuello.
-No... por favor- pidió con lagrimas en los ojos.
-Me pregunto que se sentirá que te claven una cuchilla en el ombligo- dije y miré inocente el arma en mis manos.
En un rápido movimiento enterré la cuchilla en aquel aún más que amorfo estómago.
-Creo que vas bien con la apariencia de un cerdo, dime. ¿Ahora te sientes un cerdo? Pyong Pyong- sonreí y lo ví retorcerse de dolor frente a mis ojos.
Le tomé el rostro en mis manos y sonreí.
-Agradezca que me encargaron a mi su vida y no a Siwon, el es aún peor que yo- le comenté y clavé la cuchilla de lado a lado en su garganta- Buenas noches, tenga un bonito viaje al infierno-
Lo dejé caer al suelo y limpiando el arma con su saco, buscaba desesperadas bocanadas de aire, y cuando intentó tapar los agujeros del arma, murió en el intento.
El alma se desprendió del cuerpo al fin, como una masa de luz roja... Le sonreí y desenfundando la katana, partí el alma a la mitad
Mi arma favorita... Cada Dios le daba a cada discípulo un arma para sesgar almas. La mía era una Tanto Katana, una Katana de menor longitud, mas larga que una daga y más corta que una katana tamaño normal.
La empuñadura se decoraba por lazos negros y rojos y, en la hoja, se mostraba de una lado el poema rúnico y del otro la serpiente de Loki, Jörmundgander.
Me acerqué a la ventana y recité el poema rúnico:
-"Bjarkan’s laufgrœnstr lima; Loki far flærðar tima"-
Salté por la ventana y caí en un callejón, cerca de mi compañero por cierto.
-¿Te ha ido bien?- preguntó el chico acercandose a mi y envolviendome el cuello con la bufanda.
-Por supuesto- sonreí y continuamos caminando, esta vez, a por su encargo.
-¿Que significan las palabras que dijiste?- preguntó intrigado.
-Es un poema rúnico, aparece en la runa Bjarkan, significa: El abedul tiene ramas de verdes hojas;
Loki lleva el tiempo del engaño- respondí.
-Tu Dios es Loki- dijo más como una afirmación que como una pregunta.
Yo asentí y continuamos nuestro camino antes de pararme en seco.
Sentí algo atravesarme el corazón como una daga...
Sentí algo enterrarse en mi olfato...
Sentí, un corazón latir.
Hice de mis manos un puño y moridiendome el labio inferior las lágrimas deslizaron por mis ojos.
Sentí su esencia brillar, algo lejana, pero sabía que estaba vivo.
-Oye, ________________, ¿que pasa?- preguntó el chico asustado.
-El... nació... nació- comenté y caí al piso de rodillas, el dolor era tan grande que creí morir alí mismo, no podía erguirme y caminar.
-¿Quien..?- preguntó Siwon antes de comprender -Vamos- dijo, antes cargarme en sus brazos.
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Seúl, Corea del Sur. En la Actualidad.
Me coloqué en cuclillas para mirarlo mejor desde la cima de aquel edificio, lo observé caminar con su grupo de amigos. Incliné la cabeza hacia un lado y estudié sus rasgos a la distancia, sus ojos brillosos, su dulce sonrisa, su piel blanca y suave... Suspiré para mi misma antes de embriagarme con su aroma. Podía sentir la sangre correr por sus venas, podía sentir mis colmillos crecer al solo pensar en su aroma.
-Esto se está volviendo repetitivo, dulzura- oí en un susurró a mi lado. Supe quien era, sonreí con ganas y me giré a mirarlo.
-Sal de las sombras, Siwon, sé que estas ahí- dije con los brazos cruzados.
Oí su risa y pronto estuvo a mi lado.
-Ya me conoces bien- sonrió el, yo le devolví el gesto.
Aclaré mis sentidos y oí el sonido del seguro de un arma, no muy lejos de mi posición, aunque, todo se aclaró al oír sus palabras:
-Por favor, no me haga daño-
Corrí por los tejados lo más rápido que pude, hasta llegar a aquel callejón.
Las paredes mohosas y el olor pútrido de los contenedores de basura iban perfecto para aquel sujeto de cara cubierta y su arma, y aquel angelical chico que sostenía su mochila en su pecho.
-¡Dame todo el maldito dinero!- exigía el hombre del arma. Miré al chico, sus ojos estaban vidriosos. Era a penas un chico de diecisiete, mi chico de diecisiete.
-No tengo dinero- repitió una y otra vez el joven y yo me estremecí.
Salté desde las alturas del edificio hasta llegar a las espaldas del agresor. El joven me miró y sus ojos parecían desorbitarse, sus labios y sus dientes tiritaban.
Mi mano vagó hasta el cuello del agresor y clavando mis uñas en la piel le susurré:
-Ahora te irás caminando, no te detengas o, veré como te ahogas con tu propia sangre-
Mi voz parecía embriagar al hombre, sentí sus miedos, su sangre correr más que rápido por su venas, y como si nada, salió corriendo sin rumbo alguno.
Suspiré y levanté mi mirada hacia al joven frente a mi, aún me miraba sorprendido, con miedo.
-¿Estas bien?- le pregunté.
El no contestó nada antes de caer inconsciente en el suelo.
-Me parece que lo asustaste- dijo Siwon apareciendo una vez más entre las sombras.
-Lo sé- dije acercandome al joven.
Siwon no dijo nada, solo sonrió.
-¿Algun día olvidarás todo esto?- preguntó dandome la espalda.
Yo cargué en mis brazos al joven, cargando tambien su mochila.
-Jamás, nos vemos más tarde, Siwon- respondí y él desapareció en las sombras.
Miré el rostro del joven y acaricié su mejilla delicadamente con mi mano libre. Me contuve a mi misma de no morder su cuello, de no tomar lo que alguna vez fué mio.
¿Como podía ser? Era identico a como lo recordaba en Bretaña.
Miré sus pestañas negras y me ordené a mi misma dejar de mirarlo, ya que, si continuaba iba a terminar mal, muy mal.
Salté por los tejados, por las cimas de los edificios hasta llegar a su casa, hasta dejarlo frente a la puerta del pequeño departamento que compartía con su madre y hermano.
Lo dejé en la puerta, cubriendolo con su propia chaqueta, acaricié su rostro una vez más antes de besar su frente.
Escribí una nota y la guardé en el bolsillo de su chaqueta.
-Dulces sueños, Donghae- susurré en su oído antes de saltar por el balcón del departamento.
Me puse en cuclillas para mirarlo desde el edificio de enfrente, en algun lugar oculto para que él no me notara.
Cuando despertó, sus ojos registraron cada lugar, buscandome, se tocó la frente, ruborizandose, miró la ventana hacia su habitación y abriendola con cuidado, se escabulló entre las cortinas de la misma.
Fin Cap. 1 ^^~
akjdkjhaskjd espero que les haya gustado, no olviden comentar!
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Mila ^^~
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